Los recientes acontecimientos en Venezuela desataron la violencia. Vuelve nuestro país a vivir momentos de gran tensión producto de las acciones de grupos organizados para desestabilizar a la sociedad venezolana. Pero esta vez encontramos una constante en el área comunicacional y es que la guerra mediática internacional está muy estrechamente ligada a los hechos y acciones de la llamada oposición.
Evidentemente estamos ante una nueva arremetida contra el gobierno nacional. Quieren dar un zarpazo desde la derecha y tomar el poder bajo condiciones que indiscutiblemente no son las mismas del 11 de abril del 2002 durante el golpe de estado contra el desaparecido Comandante Chávez, quien era el presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Hoy existe una industria petrolera dirigida por gerentes identificados con su patria, cuestión que es de suma importancia, en un área tan vital para nuestra economía. La Fuerza Armada Nacional luce cohesionada y conserva un espíritu institucional de respeto a la constitución Nacional. Los trabajadores tienen hoy organizaciones aún más fuertes que la CTV, organismo laboral líder de los sabotajes y paros que se desarrollaron en el 2002 y 2003. Por esa razón los que quieren desestabilizar al país, utilizan a los jóvenes como carne de cañón con la finalidad de causar enfrentamientos entre civiles y con las fuerzas policiales, generar muertos, heridos y presos para acusar al estado venezolano de violentar los derechos humanos
La casualidad no existe. En el caso de los artistas que se han pronunciado en los medios internacionales en contra del gobierno venezolano, lo emblemático es la declaración de Rubén Blades, cantante del género salsa, identificado como de izquierda y progresista. Esta táctica obedece a la intención de dividir las fuerzas sociales que apoyan la revolución, buscan crear confusión y decepción, por el impacto psicológico que produce la argumentación acusadora de este personaje hacia el gobierno venezolano. El formato está en marcha para asestar un nuevo golpe de estado. La opinión pública internacional está sometida a una propaganda permanente, demonizando al Presidente venezolano. Ellos están basados en la falta del Presidente Chávez a raíz de su muerte y una supuesta falta de liderazgo del nuevo Presidente. Juegan a debilitar las bases sociales de apoyo al gobierno Bolivariano. Propician el ambiente adecuado para desatar la guerra civil.
Tal como lo han hecho en otros países invadidos y sometidos a la guerra y el intervencionismo militar extranjero, la prensa mundial y las grandes cadenas noticiosas expanden la idea que en nuestro país no existen libertades, hay persecución y muerte a los jóvenes, que en Venezuela gobierna una dictadura. Totalmente falsas. Y recorren los continentes, sobre todo, preparan al mundo para hacer necesaria y legítima, la invasión a Venezuela, tal y como sucedió en Libia, Irak, Afganistán, países del medio Oriente y África donde asesinaron a los gobernantes y los sometieron a la cruenta y diabólica escalada de guerra civil y militar, para imponer gobiernos aliados a los Estados Unidos. De allí la vinculación de los dirigentes de la extrema derecha con el departamento de estado norteamericano y los gobiernos de W. Bush y en la actualidad con Barak Obama.