Pildoritas 46 (Año VII)

Una visita oxigenante e incendiaria para los guarimbo-delincuentes del Táchira

Cómo es eso que la Maricori viene a San Cristóbal, y al finalizar una marcha en uno de los sitios que tienen tomados los guarimberos, da un mitin con un maniquí que simboliza al Presidente Maduro simulando un ahorcado como queriendo de forma subliminal, significar que de cuajarle la subversión de la que es una de las principales protagonistas, ese sería el destino del Jefe de Estado y por consiguiente de todos los que de alguna manera apoyamos esta revolución.

Ya quisiera yo que esta malinche de la política venezolana se atreviera en cualquier otro país del mundo, en especial su verdadera patria que es Estados Unidos, para ver qué le sucedería, si es que la dejaban terminar su discurso que además lo que hacía era arengar a los revoltosos guarimberos, para seguir perturbando el orden y mantener secuestrada buena parte de las familias de esa capital tachirense.

Y vino aquí porque, junto a Mérida y unos cuantos municipios más que no pasan ya de catorce, son los únicos sitios del país donde lograron establecer sus acciones de violencia y por lo tanto tienen que esmerarse en mantenerlas y mentir sobre la realidad, sobre todo al mundo, con la venia de los medios nacionales e internacionales, no todos, en una demostración más de descarado palangrismo y de cómo se pisotea la ética de una profesión con la que se puede desvirtuar la verdad como ahora mismo está sucediendo.

Entonces hemos visto como esta, en mala hora diputada, a la Asamblea Nacional, anda como loca en acciones desesperadas, solo para justificar los dólares que por montones les llegan del Norte, a sabiendas de que es el último chance de que sus financistas se sigan creyendo sus promesas de acabar con la revolución.

Ahora bien, mientras el gobierno revolucionario realiza casi que a diario actos oficiales para entregar obras, y el pueblo sale a la calle para demostrar en paz, la fuerza de la revolución, unos cuantos violentos inducidos por dinero y drogas, destruyen y matan a mansalva y quienes como la Maricori, son cabecillas de esos desmanes, siguen campantes, en su caso abusando flagrantemente, de una inmunidad que más temprano que tarde le debe se allanada como se ha hecho en otros casos aún menos graves que las acciones delincuenciales que han causado ya, muchas víctimas.-

La actitud de esta mujer igual que la de Locoldo López, como la de los alcaldes de los municipios donde se registran los acontecimientos violentos, es una muestra del drama que se vive en la llamada MUD, donde ya no pueden ocultar la profunda división interna que confrontan.

Esto con el favor de Dios va a pasar, pero lo sucedido ha de ser la oportunidad para sentar precedentes que marquen historia para que aquí no se repitan terribles eventos como los que ahora mismo una pequeña pero importante porción de la familia venezolana estamos padeciendo.


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Saúl Molina


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