La procesión de la oposición: el goce del mal, “salir de Maduro ya” y las organizaciones fascistas.

Un pelotón del ejército fascista, en la Segunda Guerra Mundial, allana la casa de Picasso. Y un oficial nazi, sorprendido por el Guernica le pregunta “¿Usted hizo esto?”. El pintor, le responde: “No, a decir verdad esto lo hicieron ustedes”.

I

En el golpe de estado continuado gravitan  factores políticos de naturaleza fascista  que no pueden pasar desapercibidos, dada su capacidad de iniciativa y operatividad política. En los hechos, una cifra considerable de disímiles organizaciones políticas fascistas y de extrema derecha son los responsables directos de las guarimbas y las acciones insurreccionales. Organizaciones que para nada reciben o asumen línea política de la MUD. Veamos, con cierto detalle, esta crucial cuestión.

1.- La técnica de las guarimbas obedece a la lógica del golpe de Estado sin el soporte de la mayoría o del pueblo. Y a la estrategia de desencadenar la deslegitimación de los gobiernos, estableciendo el centro de las operaciones y acciones insurreccionales en las capitales de los Estados nacionales, en el tradicional centro del poder político.  La entidad, aparentemente, amorfa de las guarimbas de jóvenes de  clase media,  las unidades paramilitares  y contratistas de la guerra, constituye  la avanzada fundamental del actual proceso conspirativo y de ingobernabilidad.

2.- El otro factor son los grupos oligárquicos, las vacas sagradas de la IV república, y los antiguos amos del valle (así como sus sucedáneos y herederos)  y las cofradías de  militares retirados  (vinculados en otros tiempos a Copey,  Acción Democrática y al Departamento de Estado). Factor que monitorea y decide, en momentos cruciales, tal como en la presente coyuntura, la política del bloque opositor, y por lo tanto que hace, no hace y deshace, que dice, desdice y contradice la MUD. A raíz de la primera reunión de la Conferencia Nacional por la Paz, los oligarcas se presentan públicamente y asumen la paternidad de la estrategia de Ahora o Nunca. Y en la voz de  Enrique Aristiguieta Gramcko, se oponen a la política de paz, mediante la emisión y difusión del documento Urge una transición para rescatar la democracia en Venezuela; documento en el cual se sostiene que En Venezuela ya se ha iniciado un proceso de insurrección generalizada y de estallido social (27/02/14)

Nada tiene de extraño esa técnica de anunciar el golpe de Estado. Y no son pocos los casos  de golpes, aun sin una situación crítica y sin el apoyo de la mayoría o del pueblo. Y en esa línea se moviliza la intensificación de la violencia extrema que tiene por finalidad inmediata obstaculizar y paralizar el funcionamiento del Estado: paralización y obstaculización apalancada en la naturaleza democrática del ejercicio de gobierno  las libertades que debe asegurar el Estado, principios que son transformadas en un factor de debilidad y de vulnerabilidad del mismo y en un límite que funciona impidiendo o inhibiendo  todo tipo de acción del Estado o desde el Estado.

II

El Comando político militar que dirige la conspiración contra la patria está soportado y apalancado por un conjunto de organizaciones políticas (de extrema derecha y fascistas que cuentan con pulso financiero y dinámica política propia) que rebasan la MUD. Organizaciones que establecen  sus relaciones con la MUD en base de una acentuada y crítica distancia,  conservando su independencia política y  autonomía de acción. Y es evidente que el grupo parlamentario la salida, María Corina Machado y Leopoldo López (también Aveledo y Capriles) corren con ese lote.

La cuestión de la violencia extrema y las guarimbas, en términos generales, han sido asociadas al intervencionismo militar del imperio, el narcotráfico (desde el micro-tráfico hasta el tráfico a gran escala) y a grupos sin consistencia organizativa y política. Y ha pasado inadvertido el hecho  de  organizaciones fascistas constituidas por  jóvenes de las clases medias y ricas. Estas organizaciones, dotadas de vuelo propio son los operadores básicos de la estrategia que intenta direccionar la vida política del país, de acuerdo a sus propias declaraciones y documentos, hacia un caos impresionante y materialmente imposible de controlar, para así poner fin a la maldita revolución de Chávez.

Veamos algunas características de estas organizaciones fascistas:

1.- Se trata de grupos con fuertes y permanentes relaciones (políticas y militares) con organizaciones fascistas y neofascistas suramericanas (argentinas, chilenas, mexicanas, brasileñas y colombianas), europeas y de USA. Y las más activas son: las que se  nucleaban  en torno a la desarticulada Fuerza Laboral (de Peña Esclusa); Movimiento de Derecha Liberal,  ORDEN, sumamente activa, a nivel nacional,   en la dinamización de las actuales guarimbas; Frente Institucional Militar;  Movimiento Nacionalista Venezolano; y Movimiento de Defensa radical. La mayoría de estos grupos fascistas comparten que La MUD y el gobierno representan un cáncer mortal para nuestro país. María Corina Machado y Leopoldo López, son la expresión política  de las organizaciones fascistas, dentro y fuera de la MUD.

2.- Constituyen un tejido de auto-organización clandestina o anónima y semi clandestina, con  consistentes capacidades financieras, militares y logísticas, que dinamizan  el proceso de nazificación de sectores juveniles de clase media. Proceso de nazificación que incluye  adiestramiento militar y vínculos fuertes con las organizaciones fascistas de Sur América (también de EEUU y Europa), la CIA y el narco-paramilitarismo de Uribe.

3.- El movimiento neofascista y de extrema derecha del país, se  articula con  núcleos políticos, económicos, de militares retirados y organizaciones religiosos (básicamente de naturaleza católica)  que pertenecen al diverso y amplio conjunto conformado por viudos ricos  de la cuarta república y miembros de la elite  mantuana.  Y no puede obviarse que dicha elite y viudos  tenían o tienen  militancia en AD y en Copey. Antiguos miembros de las organizaciones falangistas, del Opus Dei y del estamento militar y económico  de AD y Copey, han devenido en elementos neofascistas  y están vivitos y conspirando.

4.- Formas de organización clandestina o semiclandestina de los grupos fascistas con músculo financiero y logístico, que  apelan sistemática a la extrema violencia, el uso específico  de las redes sociales, y que son dinamizadas y movilizadas  por servicios de seguridad imperiales.

5.-  Organizaciones gestionadas por un liderazgo anónimo y amorfo: La violencia afuncional de las guarimbas tiene por correlato, la política sin  rostro personalizado, ni colectivo.

6.-Se trata de una forma organizacional y de operatividad que descarta, mediante  la anarquía, el individualismo exacerbado y el grupalismo en sí mismo, toda mediación de la política y de compromiso con la ética de la responsabilidad política.

7.- Los documentos públicos de los grupos fascistas evidencian un auténtico pastiche político e ideológico, de ideas de extrema derecha que están orientada a la reactualización de las políticas fascistas.

8.- Articuladas e integradas  a los planes de trabajo, tácticos y estratégicos de los servicios de inteligencia made in EEUU, Inglaterra e Israel. En el país están montadas redes de inteligencia y comandos de operación conformados por contratistas de la guerra que gestionan y monitorean el accionar de las guarimbas y las prácticas insurreccionales. Al extremo tal que la comunicación mediática vía redes sociales, y entre las organizaciones fascistas, está controlada por los organismos de inteligencia mencionados. Después de todo, no podemos ignorar que estamos ante lo obvio: la plataforma tecnológica de las redes sociales, tiene por dueño y gestor los EEUU.

III

El fascismo siempre, y  hasta nuevo aviso, es competencia primaria de las clases medias. Entonces, no es de extrañar, salvo para algunos trasnochados y desubicados (existen, y para nada es sorpresivo o un escándalo), que  los guarimbeo y prácticas insurreccionales, se produzcan en lugares extraños; y no en el  territorio donde habitan los pobres, en los barrios  populares, en su intrincada topografía y laberínticas calles.

Y habría que reflexionar acerca de la naturaleza específica de la composición social de los agentes de la violencia, de las causas de ese fenómeno social en Venezuela. Comienzan a ser presentados diversos trabajos acerca de tan preocupante cuestión*. Se impone superar la generalidad (la superficialidad) respecto a la tesis de la relación entre fascismo y clases medias. Es perentorio actualizar  los contenidos políticos e ideológicos de ese fenómeno social, y dar cuenta de ese hecho político-ideológico inédito en la sociedad venezolana. Y en ese sentido avanzamos tres consideraciones:

1.- A escala mundial, existe un clima político-social que hace efectivo el surgimiento y consolidación, de eso que puede denominarse con propiedad  los  nuevos fascismos.

2.- Los nuevos fascismos, en un primer momento,  pueden apreciarse e  identificarse en los modos de vida  de elites desafiliadas de la sociedad y de la nación; en  sectores  sociales (la burguesía asalariada,  las clases medias y los ricos del mundo) integralmente desconectados de  los lazos o   vínculos sociales nacionales.

3.- Pero lo decisivo en la emergencia de los nuevos fascismos es la naturaleza del sistema político e ideológico de dominación de la elite imperial y los grupos oligárquicos.  Sistema que está basado en el odio a la democracia; el estado de excepción económica permanente y el golpe de estado de las finanzas mundiales; el desequilibrio del modelo de subjetividad clásico por las neurociencias; la ideología cínica (saben lo que hacen, y a pesar de la catástrofe humanitaria y ecológica, lo hacen); la guerra sistemática y permanente; el trabajo precario y el desempleo; y por eso que Giorgio Agamben define como la Vida Nuda: Los dirigentes del fascismo clásico no habían ido tan lejos en el camino de la politización de la vida nuda; peroen las democracias modernas es posible decir lo que los biopolíticos nazis no se atrevían a decir.

IV

La crueldad de los violentos de oficio (los guarimberos en todas las modalidades y  mercenarios a destajo) ya tiene los visos de la transgresión absoluta: esto es, del goce perverso  del mal, de gozar el mal con la más despiadada irresponsabilidad en torno a los asuntos esenciales de la mismísima vida. Goce del mal visible: los videos abundan, y es evidente que  los protagonistas se  vacilan asocialmente la zozobra, el miedo y hasta el pánico. Estamos ante un tipo de mal que supera la relación tradicional entre moral y  malas acciones, y que nada tiene que ver con el mal de las acciones patológicas (las relacionadas con  diferentes modalidades de locura y estados psíquicos desequilibrados). La cuestión es el mal en sí mismo, del  mal en sí.  Y ello es el vacío del mal, lo que Hanna Arend define, desde su perspectiva la banalidad del mal

La violencia y las acciones insurreccionales  del guarimbero mayor y de los guarimberos menores, a pesar de las motivaciones políticas o de su naturaleza política, es  una violencia no funcional e imposible de ser justificada o legitimada**.  Y corresponde el impresentable papel a determinados perros guardianes de atizar el odio y la ira de jóvenes de las clases medias y rica: El antiguo fascismo, por actual y poderoso que pueda ser en muchos países, no es el nuevo problema de nuestros días. Se está instalando un nuevo fascismo con respecto al cual el antiguo quedará convertido en un figura folklórica

En la actualidad, en tiempos del poder de la clase global, el cinismo es la figura ideológica dominante. La ideología, hoy, es cínica y su aceptación es una resignación cínica. Recuérdese la frase aquella de Hilary Clinton, cuando confiesa eufórica y sonriente que presenció, junto a Obama y otros  mandos políticos y militares de EUA, el asesinato de Bin Laden: viví los 27 minutos más emocionantes de mi vida. Y también su cínico comentarioen una reunión sobre los derechos humanos en Roma: cuando me enteré de la muerte de Hussein solté una carcajada. Y tenemos que introducir un matiz en nuestra interpretación crítica  de la ideología dominante:ya es insuficiente con descubrir y develar la verdad o el hecho real que la ideología oculta o disimula. La verdadera cuestión política es el cinismo de los voceros del poder global y oligárquico. Y esa es otra historia y otra política de izquierda radical.

V

Las fuerzas que mueven los hilos de la política salir de Maduro, asumen que es  necesario e indispensable  ajustar las debilidades del golpe contra el Comandante Chávez. Ahora (en esta ocasión)  acentúan la violencia extrema, las medidas de fuerza y excepción,  y el proceso de nazificación de la sociedad venezolana. Para propios y extraños, el desempeño de la política salir de Maduro es neofascista en todas sus fases o etapas. Y en este tope o borde, no podemos obviar  la moraleja de toda la vida de los pueblos: Tras la fugacidad de la historia, lo que se nos impone es reencontrar la sangre seca en los códigos y no en lo absoluto del derecho.

La estrategia  de  guerra civil y  golpe de estado continuado, se corresponde con una política que supera el esquema tradicional  de  la oposición democrática. La aceleración de la estrategia de Ahora o Nunca, para salir de Maduro ya, está  demoliendo  la  MUD y  ha eclipsado  o depuesto  a sus operadores políticos: la procesión fascista  devora la MUD, desde adentro y desde afuera. Hegemonizado por los sectores fascistas, y espoleado por la aceleración del golpe de estado continuado, el bloque opositor  ya está imposibilitado de sostener su menguado y a la vez muy mal disimulado perfil democrático.

El primer efecto del desdibujamiento del talante democrático del bloque opositor está en la política que da lugar a su emergencia: salir de Chávez por la buenas que siempre han sido a las malas o por las malas que dieron lugar al golpe de Estado del 2002 y al paro petrolero. Desdibujamiento que se agudiza desde la selección de Capriles Radonsky como candidato presidencial y el posicionamiento de la hegemonía fascista de la MUD. Ahora, la acción y movilización de las organizaciones fascistas y el desempeño desbocado del golpe continuado: han fraccionado las organizaciones políticas que conforman el bloque opositor, impiden compromisos políticos del tipo la línea de partido e inhabilitan su participación, como partido político,  en el diálogo. Ramos Allup no dice esta boca es mía y Eduardo Fernández con su tesis de cambiar el gobierno por la vía constitucional no tiene quien lo oiga en Copey.

Salir de Maduro ya,  exige de un desplazamiento político, y hasta  la sustitución de hecho y en momentos puntuales de la MUD, en tanto,  instancia vocera y ejecutora fundamental de los planes imperiales y oligárquicos. La MUD, en sentido estricto,  ya no tiene la competencia acerca del desempeño  del guion de la desestabilización y la ingobernabilidad, sino que el libreto, en gran medida es asumido  por otros agentes políticos. La MUD  ya está controlada por un golpe de estado interno que la minimiza, a tal extremo que reduce, a un límite cero,  su significación como centro de dirección política. Por eso,  dicho campo político y social,  es cada vez más lacayo, servil y patético. Y extremadamente  peligroso.

VI

El escenario de alta conflictividad,  el uso sistemático de la violencia y las prácticas insurreccionales, demandan de un conjunto de requisitos (políticos, organizacionales, logísticos y militares) inexistentes en la MUD. Y esa figura política  de coordinación de las iniciativas y acciones política de la derecha está acicateada por un problema  que  no puede superar en términos de  la legitimidad democrática.

Sostener y apalancar, en el corto y mediano plazo, el pulso político de  la estrategia  salir de Maduro ya,  implica que  la MUD rechace y renuncie, absolutamente,  a los acuerdos políticos que aseguren una resolución pacífica del antagonismo o desacuerdo  instalado en el seno de la sociedad venezolana.  Rechazo y renuncia que denota el estado terminal de demócratas de medio pelo rendidos ante el avance de los nuevos fascismos.  Abyección tal que no merece la frase de espectáculo histórico trágico. 

La política insurreccional de la derecha demanda de  la figura política  (del dispositivo político)  del gobierno de transición. Tal, hipotético escenario, constituye un requisito básico, para  la institucionalización (interna y externa) de las fuerzas políticas que están al frente del golpe de Estado. Y la cuestión primaria o básica, para  la modalidad de gobierno de transición, no es la selección del ungido o de los ungidos, por las fuerzas oligarcas e imperiales, que presida o presidan la transición; ni tampoco es la cobertura jurídica y los decretos que legalicen el golpe de estado. Sino que el   gobierno de la transición  está, desde ya e inevitablemente,   confrontado con la situación política  de  guerra civil e insurrección popular (para nada hipotética) y el desmantelamiento de las conquistas populares, así como del orden institucional construido en los últimos catorce años: en esa precisa situación política, carece de total  pertinencia una figura política del tipo de la MUD:  

Solamente un análisis político  trasnochado puede suponer que se puede amputar el chavismo, desmontar el modelo político de Chávez,  y no va a pasar nada.

A la consideración precedente, debemos agregar que la existencia de la MUD,    su cuestionable y  contradictoria participación e integración en los mecanismos democráticos, es el resultado de determinadas condiciones políticas, de derrotas políticas-electorales infligidas por el chavismo,  y de precisas situaciones de correlación  de fuerzas.   La resolución democrática y política del conflicto político, siempre ha sido un escenario impuesto por el pueblo venezolano y las fuerzas de la revolución; si tales condiciones llegasen a faltar, la procesión fascista desaparece políticamente al bloque opositor, tal cual lo conocemos:

Además es sumamente evidente que el esquema de la forma o modalidad de gobierno interino (de transición democrática) aplicada en décadas  pasadas, en Sur América, carece de absoluta vigencia cuando se trata de desarticular una revolución. No estamos, ante el caso de dictaduras militares burguesas  y pro-imperialistas que son sustituidas por democracias liberales (también burguesas y pro-imperialistas). Estamos ante una contra-revolución por la calle del medio. El supuesto post chavismo no adviene en la figura de un régimen de democracia representativa: sino de un gobierno dictatorial y de naturaleza fascistoide:

VII

En los tipos de fascismo clásico, los antagonismos entre el bloque fascista y el liberal democrático, se decidían entre  la destrucción  o la vigencia de la supervivencia del sistema parlamentario (de la democracia representativa), en tanto opciones políticas   de la dominación y eternidad del capital. Con el ascenso de los nuevos fascismos, el desmantelamiento del Estado de bienestar, el patrón capitalista de acumulación financiarizada y la lógica del capital global, ese antagonismo en el seno de las elites del poder capitalista ha desaparecido.

Ahora la derecha, (a escala mundial) opta por los  demócratas que son neoliberales extremistas o  por  demócratas  neoconservadores, que son también neoliberales extremistas. Y  esa decisión política es una elección forzada que  está determinada por la dictadura  de las finanzas mundiales y la hegemonía del mercado mundial capitalista. Ya no existe la probabilidad real, en tiempos de  crisis estructural y sistémica del capital, de que las elites del poder capital apelen al modelo típico o clásico de la democracia liberal, para oponerse a las tendencias fascistas que son intrínsecas al desempeño del capitalismo.

En la actualidad, la alternativa capitalista frente a la crisis mundial, ya es en sí misma autoritaria, guerrerista y neofascista. A tal nivel, que  en países tal cual Grecia, la burguesía europea se permite reprimir las organizaciones beligerantemente fascistas como Amanecer Dorado, ya que el poder  del capital se ha reservado la implementación de políticas de extrema derecha, el golpe de estado de las finanzas y el secuestro total de los bienes públicos o del Estado, y también la desposesión acelerado de los bienes comunes.  En Francia, la deriva fascistoide, racista y militarista desde Sarkozy a Hollande, hace innecesaria  la figura política de un nuevo Hitler o un Petain; y en el caso de Alemania, nada más fascista y totalitario que la máxima de Ángela Merkel: Los ayudamos, si hacen lo correcto, esto si los gobiernos de Grecia, Irlanda, España, etc., aceptan las políticas económica del Banco Central Europeo. Y la OTAN, así como los ejércitos y organismos de seguridad de EEUU, Francia, Inglaterra, etc., son las unidades de asalto capitalistas de siempre.

VIII

En la condena ritualista de la violencia  y en sus declaraciones lapidarias acerca de la paz, ya está presente o activa la naturaleza  fascista del bloque opositor.  Las barricadas, las cuerdas de alambre, la zozobra de los incendios, el secuestro de la vida cotidiana y la  movilización de la extrema violencia  en el territorio de las clases medias, para nada  son actos simplemente repudiables, hemos topado con el borde inaceptable de la resignación cínica, con el goce autodestructivo y destructivo del mal.   La oposición en su conjunto (siempre habrán las excepciones,  estamos a la espera de hechos reales y prácticos que las confirmen como tales) está en el límite extremo de la autoliquidación. Crisis absoluta de la democracia representativa y de viejas tradiciones políticas, sin la potencia de renovarse, de reactualizarse.

La Revolución Bolivariana es el test, la cuestión política rigurosa que pone a prueba la naturaleza democrática del bloque opositor  y los grupos oligárquicos. Y de la sociedad venezolana. Es la Revolución, la que pone a prueba, si la derecha política y económica es o no democrática. El gobierno revolucionario, que preside Nicolás Maduro, (radicalmente, democrático y pacífico),  no cesa de explorar, postular y proponer alternativas, acuerdos y acciones democráticas. Evidenciando así que en ningún caso y  momento alguno, la revolución debe cerrar las puertas a la idea política de Chávez de hacer efectiva la democracia con la palabra y en los hechos. Y en esa perspectiva, la desarticulación y derrota del neofascismo, luce como una de las condiciones que aseguran la posibilidad de acuerdos democráticos y reales, es decir, en actos concretos y específicos.

El hecho político fuerte y decisivo o la condición fundamental de que la Revolución Bolivariana pueda hacer efectiva la emergencia de una oposición democrática, depende (en última instancia) de la movilización y organización del pueblo, de la constitución de una mayoría popular democrática y soberana. Permítase lo que sigue: Gramsci y Trotsky, en el caso del fascismo clásico, ante el fracaso de la alianza entre demócratas liberales y comunistas, para frenar y derrotar el fascismo,  propusieron lo que podemos denominar Frente del Pueblo: una especie de  frente único para unir, desde abajo, el pueblo contra el fascismo. Es un imperativo urgente, organizar y movilizar la política  de Confederación Nacional  por la Paz, propuesta por el presidente Maduro. En tanto alternativa, para construir una mayoría nacional que sea efectivamente democrática, y a contrapelo de los pactos palaciegos y la guerra civil.

Dado el cuestionamiento profundo de su naturaleza democrática,  toda la entidad opositora, se percibe al mejor estilo zombi, anda sin orden ni concierto, dividida y despavorida. Pero buscando, desesperadamente, alojamiento de ínfima clase, cualquier rendija o marginado espacio, que le asegure lo que de por sí misma ya  no se puede garantizar.  El ultraje de quienes ya le pasan factura, porque van pa tras y pa lante, es inocultable. Capriles ni más ni menos. Primero declara fascistamente que asistirá a la reunión del Consejo Federal de Gobierno, a verse cara con el presidente Maduro y decirle lo que se merece, y a la hora del té, balbucea: ¿Meternos en un salón para tratar temas administrativos o para un monólogo mientras hay gente sufriendo? No se equivoquen con nosotros Yo no voy a ser el que vaya a lavarle la cara a Nicolás en Miraflores.No. Yo no puedo De lo que no puede zafarse es de su tradición fascista y de las fuerzas que lo tienen permanentemente zarandeado porque es demasiado bobo y pendejo.

IX

Para algunos de los extraños, se ha hecho evidente que los pobres  están demasiado ausentes en la política Maduro vete ya. Y parecen que han comprendido que no es lo mismo, las cifras, la cantidad de votos o el caudal electoral, que respaldar y participar en una aventura golpista y guerrerista. Y sugieren desmontar la versión extremista de la estrategia de Ahora o Nunca. Digamos que esa posición redefine la naturaleza del combate político del bloque opositor. Y hay que, en base de propuestas políticas,  poner a prueba esa ventana opositora y calar sus verdaderas dimensiones.

Algunos propios afirman que existe en el pueblo un malestar, determinado descontento (causado por la escasez y las colas correspondientes, el desabastecimiento, la inseguridad, la corrupción,  por un conjunto de problemas sociales, políticos, éticos yeconómicos inherentes al desempeño de la Revolución Bolivariana) que puede dar lugar a un acentuado distanciamiento y desconexión respecto del gobierno revolucionario.  Y por tanto, a un serio debilitamiento de las fuerzas político-sociales chavistas.

 

El testeo de las probabilidades del apoyo del pueblo venezolano, y en especial de los sectores populares, a la violencia desbocada por la política salir de Maduro ya, tiene tres semanas sometidas a una dura y exigente prueba del ácido. Y no existen indicios, pistas, datos, que permitan asegurar que la tuerca ha dado el más mínimo desplazamiento favorable hacia la derecha. Que  exista cierto malestar en el pueblo venezolano, no es señal que tal  malestar pueda dar lugar a su identificación política con el golpe de estado continuado  y  con  el escenario de la guerra civil.

Quizás habría que recordar cómo  en el lapso post-elecciones presidenciales del 14 de abril, las posiciones críticas, en el campo del chavismo,  adquieren o tienen un papel fundamental. Fuertes y rigurosas   críticas relacionadas, con la gestión ineficaz e ineficiente en los distintos niveles de  gobierno; la política económica; la corrupción burocrática; el elitismo,  las relaciones anti-democráticas y autoritarias; y las carencias e insuficiencias en el proceso de construcción del poder del pueblo y el Estado comunal: han sido expresadas, una y otra vez, por el pueblo venezolano y el chavismo. No hay asamblea popular,  reuniones políticas (bilaterales, grupales y colectivas), conversatorios, talleres y seminarios, sin que se asuma tan sensible problemática, tan pesada carga  que  el chavismo está obligado a erradicar. 

X

A contrapelo de quienes suponen o aspiran que el descontento y la conciencia crítica de vastos sectores de la población, se oriente o sea canalizada hacia un deslinde con la idea política de Chávez, acontece que se fortalece la idea de la Revolución en la Revolución. A nadie debe sorprender que un amplio sector del pueblo venezolano esté dotado de  una idea  de lo que es una revolución verdadera (la revolución que  quiere,  por la cual ha luchado y lucha) y del errático desempeño de la Revolución Bolivariana.   Todos los días y a toda hora (en las conversas afectivas entre familiares y  amigos; en las agrias disputas y fuertes controversias  entre gente del pueblo; en todo lugar -centros de trabajo y estudio, en el mitad de la calle o en  las esquinas,  en bares  y  cafés y otros espacios de diversión y recreación; en el diálogo y debate en las organizaciones de base del poder popular y  los partidos chavistas; y  en los encuentros para acordar y emprender iniciativas políticas): reflexionamos y  querellamos en torno a que creemos  y definimos con la palabra  revolución. Y no es exagerado afirmar que hay conciencia acerca de nuestras fuerzas y su potencialidad, así como del real peligro que nos amenaza y desafía. El pueblo  venezolano sabe   calar   que  los cantos desesperados no son, siempre, los más hermosos.  Ciertamente, la emancipación de los pueblos es el alcance de la transformación y superación de sus experiencias políticas y de vida. 

La población venezolana está persuadida  de que  un conjunto de carencias e insuficiencia,  y procesos inconclusos  paralizan y obstaculizan el alcance transformador del proceso de cambio. Y también tienen (exactamente tenemos) conciencia plena de cómo ese conjunto de problemas inciden en la posibilidad de nuestro fracaso histórico y de una posible confrontación violenta o una guerra civil. Y el que tenga dudas del verdadero alcance de la conciencia crítica del pueblo venezolano que afine los sentidos y se topa de frente con la misma.

Estamos persuadidos que ciertos sectores políticos  desestiman la politización de izquierda (¿y por qué no clasista?) del pueblo venezolano,   e infravaloran su apropiación de lo logrado en 14 años de Revolución Bolivariana  y del horizonte de  sus posibilidades históricas. Quizás, para sorpresas de muchos, las acciones de violencia no han logrado, ni lograrán doblegar nuestro sentido de la vida en paz. Y es un hecho, por demás significativo, que ya la mayoría de los venezolanos nos estamos planteando que ya está bueno de tanta vaina. Y ese preciso ya está bueno de tanta vaina, reafirma la firme convicción en  la política de paz, presentada por el presidente Maduro, para la  resolución democrática y pacífica del conflicto instalado en la sociedad venezolana. 

*En Aporrea podemos encontrar artículos que se plantean esta cuestión, y recomiendo el artículo de Ociel López: Para comprender el sifrinaje. Etnografía de la rebelión de laselites, hablekale.bogspot.com

**Véase Etienne Balibar: Violencias, identidades y civilidad; Gedisa, España, 2004



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Francisco Cedeño Lugo


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