El frustrado golpe de estado de 2002, contra el Presidente Chávez, desembocó luego en un sabotaje económico que paralizó a PDVSA, la principal industria de Venezuela, auspiciado y apoyado por los políticos de derecha que dirigen la mesa de la unidad democrática y que hoy protagonizan los actos terroristas que se desarrollan sobre todo en el este de Caracas, Valencia, Táchira y Maracay.
Los golpistas del 2002, salieron libres de Miraflores y continúan 12 años después, conspirando. Han utilizado los medios de comunicación para tergiversar la realidad que vive Venezuela y justifican sus prácticas en contra de la ciudadanía y su tranquilidad.
La reciente petición del allanamiento de la inmunidad parlamentaria para la diputada María Corina Machado, con el objeto de realizar las investigaciones en torno a sus llamados a la violencia que han ocasionado muertos y heridos (suman 32), será divulgado como una persecución política. Fue a Panamá y monta el show en la OEA, para que condenen a Venezuela.
Los señalamientos en la prensa nacional e internacional contra nuestro país, continuará. Seguirán diciendo que el gobierno de Maduro es una dictadura y que no hay libertades públicas. No es nada nuevo, ya lo hicieron con el Presidente Chávez.
María Corina Machado, es una de las firmantes del acta Carmona durante el golpe de estado en el año 2002 y es responsable hoy de los constantes actos en la calle, donde grupos organizados realizan sabotajes a las vías públicas y producen muertes de guardias nacionales y civiles. La asamblea Nacional exige la investigación de estos hechos y los vínculos de la diputada Machado con los planes de golpe de estado contra el Presidente de Venezuela.
Los detonantes que esta dislocada dirigencia derechista ha utilizado para generar el caos y la violencia civil, el llamado a la intervención de la OEA y la aplicación de la carta democrática, es uno de sus objetivos. La mayoría de los países apoyan a Venezuela y su gobierno bolivariano. Este intento fallido nunca ha sido descartado por los extremistas pro – imperialistas, que claman la intervención norteamericana en nuestro país.
Sin dudas que el plan de golpe de estado ha permanecido en el tiempo, aplican recetas nuevas contra la población, buscando incidir y desarrollar la ola de protestas y enfrentamientos entre los mismos vecinos. Es una idea macabra, que sólo surge ante las constantes derrotas electorales.
Los vínculos muy estrechos de algunos dirigentes oposicionistas con los republicanos estadounidenses y la relación de la diputada Machado con destacados políticos del ala más conservadora gringa, entre ellos George Bush, indican que existe un vínculo de los hechos de violencia en Venezuela para tumbar al gobierno y los intereses del estado norteamericano por retomar el control en este país que cuenta con los recursos energéticos que necesita. Venezuela es soberana e independiente. La búsqueda de la paz, también es anti imperialista.