Aveledo gana candidatura de la MUD al asistir al diálogo a por la pechuga y los dos muslos, sumamente demasiado
Doquiera se haye el escuálido se hace notar por su arrogancia y peor será si a la par ostenta un título nobiliario tal Von Mesié Monsieur Ño Aveledo y etcétera sucursales derivados y afines de la misma ralea.
Fijaos, ni siquiera a punto de ahogarse, esto es, tragarse el último buchito (Aristóbulo Dixit), el escuálido es capaz de despojarse de la característica arrogancia que lo marca y para ejemplo helo aquí el botón: Aveledo y etc.
Pide el susodicho -y su comitiva de bribones- que a cambio de dialogar se conceda amnistía a quienes como Manuel Rosales, Carlos Ortega y otros se fueron del país por voluntad propia.
¡Bah! Sí Ortega, por ejemplo, quiere venir que venga a cumplir con la ley, lo que sería altamente beneficioso para el irresponsable fugitivo porque ¿quién quita que jugando truco con los demás pranes él se gane un dinero suficiente que en definitiva es lo que más le interesa, o acaso, que él haga propósito de enmienda y por buena ZKonducta el tribunal que lo asista le conceda libertad condicional?
E igualmente para Rosales y demás porque eso está pautado en nuestras leyes; pero, no, lo de ellos es burlarse de las leyes.
Von Aveledo no quiere paz sino guerra y en tal sentido pone y pone más y más trabas para sabotear la posibilidad de diálogo, esa es la verdad, pero una vez contra la pared busca el vericueto para no parecer terrorista que de veras es y para disimular tan aviesa condición apela a demandar nada más y nada menos que la pechuga y los dos muslos.
¡Hasta de lejos se le ven las costuras al bribón de marras, Mesié Aveledo! ¿Tal pretensión no es acaso sumamente demasiado y viceversa, qué tal? ¿Quién y/o quienes arrastra o arrastran a quién o a quienes a la reunión?
El problema de la MUD en este momento no es abogar por la paz sino la definición de la candidatura presidencial para el 2019 entre los cuatro del apocalipsis: Aveledo, Capriles, Leopoldo López y María Machado.
De eso se trata y en consecuencia los cuatro guerrean entre sí a cuchillo para demostrarle a Uribe -emisario de Obama- quien es más arrecho y así obtener el pergamino que lo conduzca a la ansiada candidatura.
En este momento Aveledo puntea pero la pelota es redonda y su árbitro gringo es quien pone los dólares de acuerdo a sus bastardos intereses, de tal manera que no debe descartarse que el Vampiro se les cuele entre los palos.
¡Pelea de perros pavlovnianos, la de la MUD!