Todo indica que Aveledo camina firme hacia la candidatura presidencial de la MUD a menos que Obama cambie de mesa y de respectivos planes y opte darle aire fresco a sus rollos para con Venezuela y, en consecuencia nomine una terna de outsiders, nadie mejor entre los cuales que Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez y Luis Miquilena, éste también conocido en el bajo fondo de la política como “Miqui”; más, al fin y al cabo, daría igual jugarle tin marín al trébol.
No obstante no es descartable que Obama designe a Ruben Blades para que asuma tan alta responsabilidad de gobernar a Venezuela durante los próximos años, y según sus ilusiones imperiales, porque lo que es igual no es trampa, si Maburra estuvo de embajadora de Panamá en la OEA nada extraño que Ruben Blades venga de presidente para Venezuela, al fin y al cabo emperador es emperador y hace lo que le da la gana. ¡Claro, excepto en Venezuela, donde hay una revolución de pie y dispuesta a todo con tal de defenderse!
De todos modos se trata del mismo diablo con diferente cachimba; lo que pasa es que el frustrado Obama decidió una estrategia más radical contra Venezuela, dividió a la MUD en dos bandas, una que use garrotes y otra, zanahorias.
Maburra y Lokoldo dirigen a los garrotes mientras que Aveledo y Falcón a las zanahorias; a Kapreko le toca moverse en ambas aguas, es decir, en los dos bandos, dicho de otra manera, Kapreko sirve de utiliti.
Pero no hay que descuidar al Vampiro Mayor, una sota bajo la manga del emperador, y, por cierto, que nadie olvide que el imperio juega siempre con los naipes marcados.
Sin embargo, sea cual sea la contrapartida para el día decisivo -valga que San Juan agache el dedo- tenemos ahí a Nicolás Maduro para que le haga ver, sea a quien sea, que estamos dispuestos a ser libres, y que él, Maduro, está ahí, al frente de la Revolución, por mandato de Chávez y refrendado por Venezuela.