Esa muchacha, María Machado, no está bien, ella dice cada incoherencia, y lo que es peor, saturada de violencia.
Su discurso político bordea ex profeso las afueras de la constitucionalidad venezolana y allí resalta una clave que debe ser entendida por todos, estoy conteste con el pueblo, manantial de sabidurías, así que abundar respecto al caso sería llover sobre el terreno mojado.
Las huellas del pueblo son imborrables, esto es francamente lo que quiero significar ahora, y ese pueblo ha hablado muy claro cada vez que oligarca alguno ha pretendido llevarlo al extremo; el pueblo soportó cuarenta años de oprobio, paciente, tolerante, hasta que ya no pudo aguantar más carga y, explotó ese 27 de Febrero de 1992.
La oposición apátrida suele querer enrostrarle a la revolución cuanto hay en la morgue, pero olvida que el récord lo tiene ella, precisamente cuando el 27 y el 28 de febrero de 1992 masacraron al pueblo trabajador, dejaron a entre tres mil y cinco mil cadáveres. Interpólese y acaso un promedio de dos mil asesinatos diarios durante par de días consecutivos y luego poco a poco decenas y decenas de crímenes, secuela del hambre imperante por el paquetazo de los chicago boys entre los cuales, figurón de primera línea el tal Miguelito Rodríguez.
A la sazón, la guanábana quebraba expresamente las empresas del Estado para venderlas a precio de gallina flaca -con cobro de comisión mediante- y, naturalmente, la familia Machado, que estaba en la pomada, aprovechó a placer la pechuga y los dos muslos de esa orgía de corrupción.
¡Qué saga de violencia la de esa burguesa; y, no conforme aun con lo suyo despotrica contra la paz, se cree superior a nosotros, parece acomplejada!
Ella y sus pares se creen gringos pero sólo son pitiyankys, no dejan su hiel en casa a la hora de salir a referirse al Presidente de la República, soslaya esa oposición irrespetuosa para con la majestad presidencial, que con ello despotrica también contra el pueblo que eligió.
Pero Maduro sabe perfectamente que él no navega en un mar sin olas ya que tal -un mar sin olas- es una utopía.
¿Cómo se atreven a hablar de morgue? ¡Qué cachaza tiene esa gentucita! Gentuza es lo que es esa oposición balurda apátrida pitiyanky descarada y ominosa; petimétrica lechugina y mariposítica -diría Ramos Allup, de sí misma oposición.
¿Recuerdan la matanza de Tacoa, cuya responsabilidad pesa sobre María Machado? Es que su familia era la propietaria de esa empresa eléctrica la que por falta de previsión y mantenimiento cubrió de luto a Venezuela.
Para ser tan abusiva no sólo contra el Presidente sino, además, contra las instituciones del Estado, la burguesa María Machado cuenta con respaldo imperial, por cuenta propia ella no podría ir muy lejos porque eso implica gastar dinero y los burgueses son tacaños, así que detrás del telón hay una mano peluda que mueve hilos y billetes; “por la plata baila el perro” -dice el aforismo popular- y la perra también, digo yo.
Plantear alternativas al margen de la constitución es un desafío peligroso, allí, en la recurrencia discursiva de la referida burguesa, hay un mensaje silencioso, posicionar la idea de un Estado débil y, a la vez, una estrategia para debilitarlo, banalizar la acción del Estado para descontextualizarlo y hacer un daño irreversible.
El enemigo sabe que para un trabajo sucio nada más eficaz que encargar a una persona de conducta peligrosa y, hela ahí a la burguesa de marras; para muestra, si hace falta, otro botón: recuérdese cuando la tragedia en Falcón, cuando el sabotaje a la refinería y el luctuoso saldo de muerte y destrucción, en esa ocasión ella amenazó públicamente con que lo peor no había sucedido sino que estaba por venir.
Ella, la burguesa, se solazaba en la sevicia criminal vociferando tragedias contra nuestro pueblo porque esa es su calaña y no ha parado de llamar a la guerra ni parará; así que la justicia tiene que actuar en consecuencia y pararle el trote a esa jineta del apocalipsis, o la erosión institucional toma cuerpo y adiós luz que se apagó.
Ceder al chantaje de que nos digan dictadura es una debilidad que asoma la nariz; para un iluso de mi estirpe, la herida que más duele es la de ver a alguien esclavizado, no otra, y el imperio gringo al servicio del cual labora la susodicha burguesa no sólo busca apropiarse petróleo y demás riqueza patria sino que tiene entre ceja y ceja esclavizar al pueblo venezolano.
¿Qué hace que algunos agredan a su patria mientras otros la defienden? ¿Dónde reside la diferencia de comportamiento si a ver vamos frente a un mismo fenómeno, la patria que es de todos?
Ha habido un silencioso bombardeo ideológico-cultural, de parte enemiga contra nuestro pueblo, destinado a desapegarnos de la identidad esencial; así que tenemos por delante la tarea de reencontrarnos con esa identidad esencial que es la patria y aunque eso no sea suficiente para resolver todos nuestros problemas, será imprescindible dar ese paso, como parte de una defensa integral del Estado.
De ahí que estoy francamente de acuerdo con quienes plantean llevar el debate al plano cultural.
Si tú quieres patria, tu sacrificio debe ser infinito y eterno. El camino a la paz ha sido abonado por el infinito sacrificio de los más esclarecidos hijos de la patria y esos hombres y mujeres y hasta niños, son parte esencial de nuestra identidad, Bolivar y Chávez, entre tantos esclarecidos, marcaron el camino que debemos transitar.
No será una burguesa comecandela e irrespetuosa del gentilicio patrio la que va a torcerle el brazo al Estado, pero el Estado tiene que sentarla de culo en el banquillo y disciplinarla, o aquí va a cundir la desesperanza y desasosiego.
Ya está bueno de tanta lenidad, el Estado tiene que actuar conforme a derecho y justicia o en su defecto, que apague la luz.
Esa burguesa que ofende impunemente al Presidente sin que sea sometida a ley pareciera guiarse por la misandria de las canciones de Paquita la del Barrio, artista mexicana a la que debo gran respeto por cierto, porque sus razones ha de tener para expresar tantas retahílas rencorosas contra los hombres.
A María Machado no le queda nada bien el papel que hace, y apuesten a que ella no es nada de otro mundo para el gringo sino una ficha más de su perversa guerra contra Venezuela; cuando el gringo que la contrata note que ya no le sirve para sus planes, la desecha y la manda al basurero, ella no es Wasp, ella es una pobre pitiyanky, no yanky, lo que pasa es que ella se la echa de tal.
Sapos y culebras contra nuestro Presidente, no calan, y quien lo intente, es mejor que se tome un barbitúrico.
¡Ke baca goooorda! ¡qué vurra (tan vuena, la de Pacheco)!: …préstame esa vichaaaa / pa i pa´Choroní / si la vurra es vuena / yo buelbo a bení … / ¡vurra! ¡vurra! ¡vurraaaa!