Miré en la pantallita al sujeto que hablaba con expresiva animadversión y pensé que le iba a dar una vaina porque más que un sujeto en sus cabales parecía una fiera dispuesta a salirse de la pantallita.
Y, lógicamente, me asuté batante, por lo que me embojoté temeroso, las fieras me impresionan.
_¿Quién es ese pitecantropus erectus? -pregunté intrigado a la Duquesa-.
_¿Quién va a ser, no te das cuenta que es un empresaurio escualidoideo? Ese es el apá de Leopoldo, lo que sucede es que él tuvo entre manos una gallinita que daba huevos de oro y de la que se aprovechaba, pero ahora su hijito está en el bote por malaconducta al respecto y otras formas de terrorismo.
Además, el pitecantropus erectus no es fiera alguna sino un testimonio antropológico de la evolución humana; fiera es el empresauriado que nos decretó la guerra económica, pero no hay que tenerles miedo.
_Con razón los huevos están caros, es seguro que esa pelotica amarilla que tienen en el centro es puro oro derretido.
_Ahí si tienes razón, fíjate que oro parece / plátano es / quien no adivine/ bien pendejo es.
A propósito, a esos tipos no hay que creerles, todos son de la misma ralea, dentro de poco vamos a ver a Julio Borges vendiendo en una esquina del mercado y gritando con un megáfono: ¡Amarilo / amarillo / amarillo / …
_¿Y, que tiene que ver Julio Borges con ese apá de Leopoldo?
_¡Casi nada, son caimanes de un mismo pozo! A lo mejor lo que están es montando una opereta bufa para enturbiar la realización del gran evento del PSUV: el III Congreso.
Pero nosotros, con el mazo dando.