Ya es un hecho cierto que los escuálidos leen Aporrea, lo doloroso es inferir que quizá lo hacen más que los revolucionarios, por lo menos más que quienes están en funciones de gobierno, también visitan otras páginas revolucionarias y ven programas como “Zurda Konducta”, “Los Roberto”, nombre que le cuadra más que el que tiene y que casi nadie recuerda, “Cayendo y corriendo”, “Con el mazo dando”, entre otros y no se diga del programa de los martes con Maduro.
Unos lo hacen por masoquistas pues disfrutan exacerbando su odio con todo lo que leen, ven y escuchan, otros, y es la consecuencia de que aparezcan a pie de página las direcciones de correo de quienes escribimos, para insultar, como en mi caso y pienso que igual le sucede a mis colegas.
Tengo lectores que me escriben hasta metiéndose con mi madre, que Dios tenga en su gloria, me han mandado a meterme por ……… ni siquiera el articulo, sino la página entera, la sarta de vulgaridades ya tiene lista bien larga y todo ello me ha hecho pensar, hasta en publicar esos correos si es que los administradores de aporrea no los censuran, por lo fuertes y no aptos ni para adultos, que somos todos los que tenemos el atrevimiento de escribir por esta página.
Por las noches los insultos contra los conductores de Zurda Konducta son como para coger palco, es una demostración de lo que aquí tenemos como oposición, es lo que hay, no les queda otro camino que la violencia verbal y de hecho, porque así “drenan su arrechera”, que para ellos es un encargo del innombrable, que aun no han terminado de cumplir y que vinieron a reforzar los tres chiflados que ahora están bien enjaulados, y una desquiciada que aun anda suelta, repudiados por la mayoría pero que sin embargo siguen sus objetivos, pues sus neuronas no les dan para más, o es tanta la plata que dejarían de ganar si cambian su conducta, que han llegado, los enjaulados, a involucrar a sus mujeres para que sean un extensión de sus pretensiones en la calle y ante los medios internos y foráneos.
¡Pobres!, no se han puesto a pensar que esta revolución está vacunada y por lo tanto inmunizada contra toda acción de palabra o de hecho que pretenda saltarse las normas democráticas y constitucionales y que sus insultos, lo único que logran es incentivarnos más a seguir, por el único camino en que ya llevamos 15 años, venciendo todos los ataques, en todos los terrenos, cada quien en la trinchera de lucha que ha escogido, la mía, mis humildes aportes por esta página y la disposición a servirle a la Revolución, en lo que sea, menos en cargos burocráticos para que a nadie le pase por la mente que es lo que busco.-
Los insultos, pues, a mi por lo menos me resbalan y me obligan a seguir, para que los escuálidos sigan sufriendo, porque no les gustan las verdades que aquí se dicen.
Por ello voy a seguir aplicándoles aquello de que “quien no quiere sopa, se le dan dos tazas”