Quien iba imaginarse que en medio de este embrollado debate político, el medio epistolar tendría una carga de fatalidad para cancelarle la carrera política a cualquier desprevenido majadero, especialmente en esos ilusos que por estar divorciados de la realidad llegan a creer que tienen a Dios agarrado por las barbas. Por andar escribiendo sandeces, Ramón Guillermo Aveledo acaba de decretar su muerte política. De ahí que su proyecto personal no llego ni a cañón sucio, y en lo sucesivo estudiara la manera de cómo depositar su fracaso en el cementerio de la historia, precisamente a donde han ido a parar ingenuos, impacientes, megalómanos y malvados.
Empujado por las circunstancias, Ramón Aveledo muy tarde comprendió que estaba como cucaracha en baile de gallina, y que su rol de árbitro jamás llegaría a funcionar, toda vez que estaba lidiando con perros y gatos rabiosos que se disputan la misma presa. Para nadie es un secreto que en la MUD todos quieren ser el protagonista de la película, razón por la cual dudamos que ninguno de ellos dara su brazo a torcer. Y no podrán ponerse de acuerdo ni ahora ni nunca, porque ese irresistible botín prometido por el Congreso de EEUU para desestabilizar la revolución, cada vez los distancia de manera inconciliable porque por algo dicen que por la plata baila el perro. De manera que debe quedar en claro meridiano que ya la lucha interna en la MUD ni siquiera es por asaltar el poder, sino por echarle mano a los 15 millones de dólares, cifra fabulosa que parecieran estar en pico de zamuro por el descalabro de esa supuesta unidad, que por lo demás que nunca llego a convencernos.
Suponemos que a esta altura, Guillermo Aveledo haya comprendido que por andar de gracioso escribiendo carticas tremendistas, termino perdiendo el chivo y el mecate, pues en política los errores se pagan muy caros , y sino pregúnteselo a Luis Miquilena que ahora deambula como fantasma que no asusta a nadie. Y a todas estas sin caer en especulaciones valdría la pena preguntarse: ¿Y será que el ex dirigente copeyano haya sido tan ingenuo creyendo que se repetiría la desvergonzada escena en la hacienda El Trompillo, cuando los Congresantes fueron a rogarle a Juan Vicente Gómez que por favor regresara a la Presidencia?. Se fijan que a veces el cazador resulta la presa, y que la política esta llena de sorpresa cual Caja de Pandora.
Esperamos que esos aficionados a las tremenduras epistolares –esos a quienes Daniel Ortega bautizo como francotiradores-- esta vez hayan aprendido la amarga lección de Guillermo Aveledo, quien creyó que con su estilo de pisar pasito para engañar al prójimo, también podría llegar airoso al torneo presidencial del 2019.
