El campo de batalla está siendo preparado para, mediante distintas formas de lucha, legales e ilegales, derrocar al presidente Maduro. Creo y trabajo para que el presidente Maduro conduzca al pueblo a una nueva victoria. El 8 de diciembre pasado les ganó la batalla política y también en las guarimbas. El presidente Maduro se parará firme frente a la derecha y los derrotaremos. Ya no es suficiente con conceder reivindicaciones que refuercen el patrón de consumo.
La derecha trabaja el campo simbólico, pues en ese campo los derrotó Chávez, y con la toma de Daka los derrotó Maduro en las elecciones del 08-12-14, mostrándose como un Presidente firme frente a la derecha.
Es vital que las nuevas transferencias de renta hacia los capitalistas se conviertan en 2015 en una incrementada producción de alimentos y otros bienes. Si no, la nación habrá sido estafada nuevamente con graves consecuencias políticas.
Las calificadoras de riesgo apuestan a elevar los intereses que debemos pagar al recurrir a los mercados internacionales de capital; el presidente Obama subsidiará el petróleo de esquisto para mantener la sobreoferta de petróleo y los precios bajos; los narcoparamilitares siguen comprando propiedades en campos y ciudades, infiltrando agentes entre buhoneros, comunidades, cuerpos de seguridad, cárceles... con operaciones no sólo en la frontera colombo-venezolana sino hacia nuestras costas y el mar Caribe; los guarimberos vienen con más fuerza y mejor preparados y con todo un aparato mediático nacional-mundial para justificar y difundir la ofensiva.
La dictadura mediática mundial desacreditándonos a través del mundo, buscará efectos en la ONU y otros organismos multilaterales para quebrar el frente en la Celac y Unasur y aislar a la Alba.
Por más dádivas que se otorguen incluso a la clase alta, servirá de poco si no se va quebrando la cultura individualista y consumista. La dádiva afianza el patrón de consumo y la hegemonía cultural imperial favoreciendo el trabajo de la derecha para multiplicar la “viveza” criolla y los fraudes contra el Estado ampliando redes delictivas populares de orientación fascista y atentando contra la unidad popular.
El modo de vida de funcionarios públicos corruptos estimula la corrupción popular justificando el latiguillo “antes de que se lo roben ellos róbatelo tú, el petróleo es de todos los venezolanos”. Se estimula la buhonería, la violación de los controles públicos para “enfrentar” al Estado y justificar y difundir la ideología neoliberal, lo que se combina con redes de microcréditos y narcotráfico, atracos, secuestros, caos urbano, escasez e inflación.
Sectores burgueses pactan para ganar tiempo. No compartirán la renta petrolera cuando piensan derrocar al presidente Maduro. Mientras tanto, continúan debilitando las finanzas públicas y multiplicando la transferencia de capital público hacia la aristocracia capitalista, pero difícilmente producirán bienes y servicios para corregir la escasez, derrotar la inflación y contribuir a solventar la crisis. Al contrario, trabajan para profundizarla.
