Ya el réferi le había llamado la atención a la barra del Odioso, le había leído la cartilla, y además quedó advertido que no se aceptarían golpes bajos, es decir, a la zona inmediata debajo del maruto, pero el Odioso no respeta las reglas del buen hablante, aparte de que es torpe sobre el ring; mientras que Amoroso es un taco.
Y, como popularmente se dice, aquello fue una pelea de burro contra tigre, y no me preguntes quien es el burro, eso fue de espanto y brinco; ni Rafito Cedeño y menos Don King habrían desestimado el desenlace, por lo que de ipso facto habrían estado moscas par firmar a Amoroso.
Ya en la lona, el Odioso -Julio Borges- fue asistido con las sales y llevado en golingoli hacia el ambulatorio donde quedó siendo asistido con compresas de agua´e mango que son tan buenas para el aporreo.
El second de Amoroso le decía en el oído que, la medida del amor es amar sin medida pero, además, que ¡aporrea! [que algo queda].
Así que Amoroso se dio con butría hasta noquear al penco en el 4º round.