Pastrana un individuo de esos que por un aborto de la naturaleza , llegan de cuando en vez, a detentar el más alto cargo de una nación, de esos que se destacan por una gestión gris, opaca, intrascendente, junto a otros dos de ese club de ex presidentes, que se parecen tanto que por fuerza tienen que unirse para de alguna manera mantener vigente su condición, como si los pueblos en los que gobernaron tuviesen corta memoria, ése como los otros, tarifados con dólares opositores venezolanos, en manos opositoras, es decir mal habidos, vinieron al país ungidos de la prepotencia que les otorga el ser piezas del imperio, a ofender a la mayoría del pueblo venezolano, que ha decidido durante 16 años respaldar la Revolución venezolana, de manera soberana y que no acepta que extranjeros, por muy presidentes que hayan sido, vengan a decirnos lo que tenemos que hacer y a darnos lecciones de gobernabilidad, cuando en sus países no fueron capaces de lograr lo que aquí vienen a decir que no hemos logrado, en un craso desconocimiento de una realidad que el pueblo venezolano palpa todos los días, razón por la cual el golpe de estado del 2002, el paro petrolero del 2003, lo que ya nadie duda fue el asesinato del máximo líder de la Revolución, las guarimbas, han fracasado como estrategias para derrocar al gobierno, y ahora la guerra económica, destinada también al fracaso, todo lo cual ha llevado a la inepta derecha venezolana a buscar muletas que ellos piensan con prestigio internacional, para que vengan a apuntalar sus planes desestabilizadores.
Vinieron, vieron y tergiversaron a gusto, dijeron lo que les vino en gana y habría que preguntarles, cómo hubiesen reaccionado, si un alto funcionario venezolano, hubiese, durante sus mandatos, ido a sus países, invitado por los sectores opositores, a meter sus narices en asuntos internos.
En primer lugar le hubiesen revocado la visa y si la misma por su investidura fuese diplomática, le hubiesen impedido el ingreso; a sabiendas de lo que venían a hacer que era irrespetar nuestra soberanía, aquí se les dejó entrar y con ello se demostró que somos un país distinto y que el haberlos dejado andar como Pedro por su casa, fue una decisión inteligente, pues lo único que lograron fue el repudio de millones y que quienes no tenían conocimiento de la clase de joyitas que fueron en sus gestiones, se diesen por enterados y supieran la cadena de violaciones a los derechos humanos, para no mencionar el resto de errores y retrasos causados al desarrollo de sus países, además de su prontuario, muy parecido por cierto. lo que nos obliga a afirmar que "los burros se buscan para rascarse" y en este caso no solo ellos se juntaron, sino que al atender los rebuznos con los que los de aquí les llamaron, vinieron a sumarse a un sector que cual asnos son claro ejemplo de brutalidad, no porque este escribidor y muchísimos más lo digamos, sino porque los hechos y resultados de los mismos les presentan como lo que son, dignos representantes de la anti política, incapaces de mostrar un proyecto que pudiera servir de alternativa de lo que critican a diario, y para lo que buscan refuerzos con mucha frecuencia, porque ya es un secreto a voces que no tienen liderazgo, los que se han inventado les han resultado un fiasco, que en un momento dado parecieron tener posibilidades solo por la enorme campaña publicitaria, pero que después de ser derrotados se han mostrado como en realidad son: el non plus ultra de la incompetencia, como lo demuestra cada vez que abre la boca el gobernador turista de Miranda,
La única salida pues, en un intento desesperado para por vías diferentes a las constitucionales, lograr el poder, es ponerse de rodillas ante el imperio para quien son tierra fértil que le pueda permitir lograr sus objetivos de apoderarse de nuestras riquezas, especialmente nuestro petróleo y así garantizarse el mantenimiento de su incuantificable consumismo y de sus guerras que se han hecho una característica imperial para su latrocinio global.
Los tres chiflados, como ya les está llamando el pueblo, perdieron sus esfuerzos, ganaron eso si buen whisky, buena comida, buen billete y habría que ver qué otras cosas buenas, incluso una cana al aire, de esas que son impublicables y que vivieron por ejemplo los escoltas de Obama, cuando éste visitó Colombia.
Si la inteligencia nuestra actúo efectivamente debería contarnos cada paso que estos sujetos dieron distinto a lo que los medios de la derecha nos vendieron.
Los cojos, siguen más cojos que nunca y las muletas resultaron bates quebrados.