Mi palabra

Maduro y Dios

“Jesús mismo, y la mayor parte del mensaje de los Evangelios, es un mensaje de servicio a los pobres”
Noam Chomsky

La poetisa Carmen Montero, con todo el verbo destructivo, para no quedarse atrás en la enorme procesión de articulistas en contra del proceso iniciado por el Comandante Chávez, se apareció la semana pasada, echándole fuego a la candela, como si estuvieran crucificando a Jesús de Nazaret. Apenas se le ocurrió al presidente Nicolás Maduro, pronunciar una frase muy conocida en la iglesia católica (DIOS PROVEERÁ) despertó una verdadera jauría, pretendiendo descalificar a un hombre, que ha demostrado un compromiso ineludible con los pobres, a pesar de las grandes dificultades por la cual atraviesa nuestro país.

Esto nos demuestra, el odio visceral de la oposición venezolana, contra un proceso nacido de la podredumbre en el cual estaba metido el país, por obra y gracia de los grandes partidos AD y COPEY, dueños y señores de todas las maneras de hacer política, con el silencio sepulcral de los grandes jerarcas de la iglesia, verdaderos privilegiados sin importarles nada las condiciones de vida de los venezolanos, sencillamente bailaban al ritmo de la democracia representativa, dejando enormes secuelas difíciles de superar, porque uno de los grandes males de cualquier país, es sencillamente la falta de conciencia.

No, esta demás, recordarle a todos los empeñados en pedir la renuncia del Presidente Nicolás Maduro, el respeto a nuestra constitución aprobada por la mayoría de los venezolanos; además su elección fue de manera democrática, a través de unos comicios electorales, suficientemente auditados, por lo tanto, tienen que esperar el cumplimiento de la fecha establecida por el CNE, para realizar unas nuevas elecciones y tener nuevamente la oportunidad de llegar al poder; todo lo demás es hacerle el juego al gobierno de los Estados Unidos. Nadie puede negar las pretensiones de la casa imperial, basta con echar una mirada hacia el medio oriente, donde llegaron con todo su arsenal bélico, arrasando con todo lo que conseguían a su paso, para después dejar una verdadera anarquía, del cual no se escapan ellos mismos.

Un adagio muy popular reza: “Cada quien defiende lo que le conviene” en esa onda se encuentra la poética dama; no dice nada nuevo, llegando al extremo de repetir la misma cantaleta, ensayada desde el mismo momento de llegar al poder el fallecido Comandante; ese coro de voces muy bien orquestado, lo iniciaron las máximas autoridades de la CEV, por algo fueron los primeros firmantes en la mañana del golpe del 2002; nada de esto dice la señora Carmen Montero, solamente sigue la línea trazada por la MUD, integrada en su mayoría, por los mismos de la llamada Cuarta República.

Un viejo refrán dice: “No hay peor ciego, que el que no quiere ver”, por ninguna parte la estimada columnista, se refiere a las últimas intervenciones del Papa Francisco, quien ha demostrado un pensamiento distinto a las autoridades de la iglesia venezolana, quienes vivieron, como unos verdaderos reyes a la sombra de los casi desaparecidos partidos AD Y COPEY; nunca se les escuchó una queja a estos señores, pero apenas llegó Hugo Chávez al poder, empezaron a descalificarlo, pretendiendo presentarlo como un verdadero “diablo”, cuando todas sus predicas, estaban alimentadas por el pensamiento universal de Jesús de Nazaret.

Los dirigentes de la CEV, amparados en las sotanas, se convirtieron en unos militantes de la derecha venezolana, por supuesto no pueden esperar rosas, quienes lanzan dardos envenenados, atrincherados en las iglesias. Estos son recintos sagrados para seguir los ejemplos de Jesús, quien fue llevado a la cruz, por andar arengando a un pueblo humillado por los poderosos de aquel entonces. ¿Por qué no habla de la aptitud asumida por Baltazar Porras, y del cardenal Ignacio Velasco? ¿Por qué pretende tergiversar la realidad de los acontecimientos, donde la iglesia venezolana, jugó un papel preponderante en el golpe de estado?

Nadie puede negar las creencias religiosas de Hugo Chávez Frías, siempre siguió las enseñanzas de un maestro ejemplar: Jesús de Nazaret, fue su alumno, siempre repetía un pensamiento valido para cualquier ser humano: “Traten a los demás como ustedes quisieran ser tratados. Esta es la esencia de todo lo enseñado por la ley y los profetas” me pregunto ¿Respetaron esta enseñanza los que se llaman hijos de Dios? En absoluto, solamente siguieron la política norteamericana, en abierta alianza con sus aliados criollos, quienes no han descansado por acabar con todo, lo que se parezca a cambio en bien de los ofendidos y humillados de la tierra.



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Narciso Torrealba


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