Se cumple un año del día en que pareciera se comenzó a hacer justicia contra un personaje de la política venezolana que estaba acostumbrado desde hace mucho tiempo a cometer toda clase de desmanes contra los derechos de ciudadanos como en el caso del hoy gobernador del Guárico y el hoy Defensor del Pueblo, sin contar los que antes de sus últimas acciones delictivas venia cometiendo cada vez que con saña y violencia accionaba manifestaciones, es famosa la foro donde aparece con una máscara antifaz en una mano y una piedra en la otra.
En su última escaramuza, en un macabro plan denominado “a salida”, fueron tantas las violaciones a los derechos humanos que las mismas le segaron la vida a 43 venezolanos, dejaron numerosos heridos, se destruyeron propiedades pública y privadas, se perturbó la paz del país, razones por las que está bien preso.
Hoy anda su mujer gritando a los cuatro vientos que su tesorito se le está violando los derechos humanos, que está preso injustamente y allí es cuando uno por fuerza tiene que preguntarse cuando este sujeto, sigue vivo, disfrutando de todas la prerrogativas que la ley le da de del llamado debido proceso y con un trato preferencial que ya desearían otros criminales, mientras los derechos de quienes también cumplieron un año, pero de estar bajo tierra, con madres, padres, hermanos y hermanas, esposas y esposos, hijas e hijos, estos fascistas ni los mencionan, ¿dónde quedan esos derechos?.
Es ahí cuando debe intervenir un estado responsable para exigir la aplicación de la Ley, porque si no lo hace, estaría convirtiéndose en cómplice de las muertes y demás consecuencias de las pataletas de un “niño bien” que quiere ser presidente a juro y piensa que está predestinado, hasta el punto de creerse por encima del resto de los mortales.
Hoy, 17 cuando escribo estas líneas pude ver por CNN, tenía que ser, desplegando su prepotencia a quien es pareja y cómplice del bien llamado monstruo de Ramo Verde, llamando a la calle al pueblo para pedir la libertad de los criminales a quienes igual que su marido se les ha comprobado ser responsables de los desastres en vidas y bienes de hace un año.
A cada rato decir que no se les respetan sus derechos humanos, y cosa insólita. CNN le hace una entrevista por teléfono en la que despotrica contra quien le da la gana, en una demostración de contradicción inaceptable, como si no fuese un preso por delitos muy graves que merece un tratamiento igualitario que el resto de los delincuentes que están siendo juzgados y muchos de los cuales por causas que no revisten la gravedad por la cual se juzga a este hijito de papi y mami, ellos, los demás recluidos bien podrían exigir se les concedan las misma prerrogativas.
Entonces se hace necesario que a quienes nos duele, que nos maten a nuestros seres queridos, también se nos demuestre la solidaridad, que pretenden con unos criminales, que si bien están presos porque se lo merecen, son los causantes del dolor, las lagrimas y demás consecuencias por aquellos a los que vilmente asesinaron o mandaron a asesinar.
La Revolución venezolana entonces no puede dejar pasar desapercibida esta fecha, y debe salir a la calle a pedir justicia, que se les condene definitivamente, que se siente un precedente de que por muy de la alta que se un criminal, por muy apellidos que lleve, debe pagar las consecuencias de sus actos si es que no queremos provocarle una herida que nunca cerraría a la verdadera justicia que de aplicarse sería garantía de paz en el futuro