Uno tiene que ser ante todo humanitario con la persona necesitada y si para colmo la necesidad es un cepo antes que enviarla al manicomio, tanto mejor; y he ahí el caso de la señorita Cloruro, la que al parecer anda dando bandazos por aquí y por allá y asegún las malas lenguas -y la mía, que dicho sea, tampoco es muy buena- ella ique* estuvo por Irapa y zonas aledañas, esgaritá y dando pena, lo mismo que anduvo por San Fernando de Apure, en la misma tónica, en vez de ponerse a trabajar; ¿pero, cómo va a trabajar si no tiene trabajo y doquiera consigue la botan?
Ella está desempleada porque Diosdado la botó de su trabajito tan bueno en la Asamblea Nacional, por aplicación del Artículo 79 de la "Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras", en todos sus epígrafes.
Me dicen que ella está salá ya que la propia MUD le tendió trampas para que le cayera mabita, por ejemplo, le pusieron un peine con piojos extraídos de cierta parte pilosa de Alias Chúo, para que lo pisara, y ella lo pisó, la hicieron pasar por debajo de una escalera y otras mabitas más, y ella cual descerebrada cayó en la olla como ratón pérez.
Pero yo no soy corazón de piedra como esos malucos que botan a las mujeres sino que lo tengo blandito, aunque a veces se me pone duro; mas, por re o por fa siempre procuro aprovechar rápido hacer una buena acción humanitaria; tampoco les pongo trampas.
Como puede inferirse, esa señorita está salá y yo tengo un corazón flojito, así que podrían juntarse dos cosas complementarias para ganar-ganar, por lo que le ofrezco un trabajito de salar pescado.
Eso sí, que primero habría que santiguarla con una ramita de yerbabuena y para desenmabitarla por completo ella debería escupir sobre un zapato viejo y esperar a que la saliva se seque, y acto seguido cruzar los dedos de sus manitas y mantenerse así hasta ver a un perro sarnoso cruzar la calle y levantar la patica ante una pared, así como hace "Gringo José" -el perro de Pacheco-.