Hay que conocer en lo posible acerca del funcionamiento de la mente humana, saber que los procesos intracerebrales operan con estímulos externos.
Toda percepción es una selección, nuestra capacidad de dudar lo que observamos es un ¡epa, compadrito!, un alerta respecto a lo seleccionado, no creo que sea apropiado aferrarse de manera inexpugnable a un determinado punto de vista, lo que tampoco significa revolotear como una mariposa o como un avispa y mucho menos como una mosca encima de la basura, no que no, pero si uno se aferra a un punto de vista y nada ni nadie lo saca de ahí, eso da un tufo a fanatismo y éste no cuadra con la complejidad de lo real, el fanatismo tiene mucho que ver con el dogma, lo que de por sí ya es pernicioso.
Y es que la realidad no es inamovible sino relacional, en evolución, así que desestimar la premisa que os formulo, es caer en el error, luego, se trata es de revisar posturas; bueno, que cada quien modifique por sí mismo su propio conocimiento antes que dejarse llevar, recuerdo lo que dijo Alí Primera, que al chivo manso siempre lo arrean / y eso no pasa si es montaraz, y en esa tónica me pego para incluso ir un poquito más allá, atrevidamente, y digo que el propio hombre es Dios, si es bueno, no malo; y conste que soy un hombre sin religión o al menos creo serlo así, algo que otros llaman ateo, de manera que, en consecuencia, otros pudiesen decir que tal afirmación es un patuque pero la verdad es que todos han visto al hombre y nadie ha visto a Dios puesto que Dios es un producto social, una invención ética y moral del hombre para justificar lo desconocido.
¿Qué importa? Ignoro si estoy reconciliado con la verdad o si ando meando fuera´el perol, cuando se anda bien encaminado se llega al objetivo y cuando el camino es equivocado obviamente nunca se llega, pero cada quien es responsable de determinar su camino propio.
La certeza y la duda van de la mano conmigo especialmente en el campo político, creo en el socialismo desde siempre pero no sin dudar al respecto, y confundo al hombre terrestre con el Dios etéreo en ese camino porque estoy convencido de que no sólo es bueno sino lo mejor.
También creo que en el capitalismo el hombre se confunde con el Diablo y es lo peor, hay demasiados testimonios por todos conocidos acerca de lo que el capitalismo es, y tampoco importa que el Diablo sea también esotéricamente la contraparte del bien, la contra parte de un dios.
Recuérdese el camino neoliberal impuesto durante la IV República por adecos y Copeyecos y que desembocó en la matazón de febrero de 1989. A la sazón había comida pero el pueblo no tenía dinero para comprarla porque los usureros chupasangres amparados en el gobierno nacional de entonces no tuvieron contemplación con el pueblo.
Hoy en día, cuando el gobierno revolucionario dispone enormes esfuerzos para que el pueblo tenga todo lo que necesita, entonces los mismos que ayer acribillaron al pueblo hoy no sólo esconden la comida sino que atacan la moneda, y si esa gente se hiciese con el control del gobierno, adiós luz que te apagaste porque el peo sería de pronóstico reservado.
¡Alto, adónde crees que vas con esa pata hinchá? La oposición pretende llevarnos al camino del infierno pero no se lo permitiremos, aquí ya no hay vuelta´e cacho. La única alternativa del pueblo para su salvación es avanzar hacia el poder comunal y eso sólo se logra en socialismo bolivariano.
Convengo en que hay mucho por resolver todavía pero andamos en el camino correcto, que cada quien saque sus cuentas pero que no se deje llevar, que dé una mirada inteligente a la realidad y no culipandee.
Mas, coetáneamente a la guerra económica de la contrarrevolución fascista persiste una guerra psicológica que hace de la cabeza de cada hombre del pueblo el principal campo de batalla.
El miedo anula la capacidad de comprender la realidad, de ahí que el enemigo trata de infundirle miedo a la cabeza del trabajador y para ello se apoya en los medios de comunicación con mensajes envenenados puesto que en vez de información, el enemigo del pueblo emplea deformación.
Una verdadera información es tal cuando está basada en la verdad y en la ética, no en el piquete, en la mentira deliberada tal como sucede con los grandes medios de deformación de la realidad con que se ataca al pueblo. En la información el conocimiento debe estar de por medio, de modo que si la información no hace avanzar hacia el conocimiento de la realidad, no sirve y en consecuencia es basura que, por cierto, crea un basurero en la cabeza de quien la selecciona, y los sedimentos de esa sesgada información se transforma en una cadena de miedos y de paso al odio, lo que va sutilmente empaquetado subliminalmente, de ahí el fenómeno de una escualidad que odia hasta por los poros, empujada por miedos incubados, y ese es el tipo de persona que chupa todo lo que dicen así como la esponja se enchumba.
La revolución tiene el deber de informar en base a verdades éticas para contribuir a que el sujeto acceda a una interpretación coherente de los fenómenos sociales y políticos, todo el mundo debe saber que dentro y fuera de nosotros hay factores poderosos que influyen en torcer o enderezar nuestra percepción fidedigna de la realidad, hay demasiados riesgos latentes y activos en la difusión de mentiras.
En resumen, una de las fortalezas de la revolución bolivariana es decirle la verdad al pueblo, sin complejos, de ahí que usted compara pelo a pelo a un revolucionario con un escuálido y va a notar que uno es alegre y amoroso mientras que el otro lo que destila es temor y odios hasta por los poros.
La calidad humana y fortaleza de criterios de cualquier revolucionario/a resalta en cualquier sentido y contrasta con la funesta oquedad de cualquier escua, excepto nomás algo de éste, su malhumor, el escuálido es un enfermo de irrealidad, un conejillo de indias del laboratorio de guerra sucia.