Porque no votar por la MUD el 6-D (III)

Este artículo No. 3, para nuestro programa, “El Hacer y el Saber Comunal”, por Radio Arsenal, 98.1, ahora todos los Viernes de 6 pm. A 8 pm. Y publicado por Aporrea, lo hacemos con la preocupación despertada por algunos camaradas revolucionarios que sostienen que sería bueno que la corriente política encabezada por el Presidente Nicolás Maduro, perdiera la mayoría en la Asamblea Nacional, ya que esto, según estos camaradas, pudiera agudizar la lucha de clases, porque el actual gobierno la solapa o la evade.

Camaradas, la lucha de clases sigue presente, en tanto existan las clases sociales, y tal vez, el gobierno de Nicolás Maduro como continuidad del gobierno del Comandante Chávez, atado por el carácter pacífico de esta revolución, hace que intente ablandar un poco, sin lograrlo, el conflicto de clases, pero este no se radicaliza porque tengamos una Asamblea Nacional en manos del enemigo abierto de clase. Es olvidar, que a comienzos de los años 60, las posiciones revolucionarias hacían mayoría en la calle y en el parlamento. Betancourt y sus aliados del Pacto de Punto Fijo, fueron horadando ese poder hasta reducirlo a la mínima expresión al caer en la trampa que nos llevó a los campos a desarrollar la lucha armada, principalmente rural, dejando las ciudades en manos de la reacción, con la más cruenta represión contra los revolucionarios, los barrios, los obreros, los campesinos, los estudiantes, los profesionales. Todos recibimos nuestra dosis de violencia contrarrevolucionaria; no hubo organización que fuera respetada por la represión, sindicatos allanados, dirigentes sindicales detenidos, torturados y asesinados; universidades allanadas y estudiantes asesinados por los cuerpos policiales, como Luis Hernández para poner un ejemplo; zonas campesinas bombardeadas y sus habitantes llevados a campos de concentración llamados TO.

¿Esto agudizó la lucha de clases? No, claro que no, por el contrario las fuerzas revolucionarios se fueron debilitando, hasta quedar casi desmanteladas y sin ningún signo de organización que le hiciera peso a las fuerzas reaccionarias dirigidas políticamente por AD y Copei. Llevar la lucha de clases a niveles insurreccionales, a través de lo que llamamos “Voluntarismo subjetivo”, es pasar la hoja de la historia, de dos hechos que marcan la capacidad insurreccional del pueblo venezolano, esos hechos ocurrieron en las postrimerías del siglo XX, y son la confrontación, primero, contra el paquetazo económico de Carlos Andrés Pérez, ocurrido en Febrero – Marzo de 1989; y segundo, la marea insurreccional del 13 de Abril del 2002, para hacer que el Presidente Chávez retornara al poder ganado en una buena lid contra los candidatos de la burguesía.

Esta última, no aprende e insiste en la provocación contra el pueblo, a través de guärimbas, saboteo a las políticas económicas del gobierno, especulación en los precios, acaparamiento y ocultamiento de los bienes del consumo básico, ataque mediático nacional e internacional, amenaza militares del imperialismo y la acción violenta del paramilitarismo traído desde Colombia, entre otras cosas, de su formato golpista. Esta provocación, puede ocasionar acciones bumerang por parte del pueblo, que pueden desembocar en formas insurreccionales, no contra el gobierno, sino contra la burguesía provocadora. No la estamos insinuando, sino advirtiendo por la conducta también provocadora de la MUD al negarse a firmar el reconocimiento de los resultados de las elecciones del próximo 6 de Diciembre del 2015, el continuo desprestigio que la MUD desarrolla contra el CNE y sus directivos, su actitud de desobedecer las políticas de precios trazadas por el gobierno (caso huevos que están desaparecidos del mercado desde que se fijó el cartón en Bs. 420).

Esta situación nos debe llevar a saber distinguir al principal enemigo de clase, para no darle ninguna fortaleza basada en los errores de una política electoral ABSTENCIONISTA. Nos llevaría luego a posiciones de arrepentimiento, por lo que pudiera desencadenarse por ello, pero no existiría vuelta atrás. Es mejor analizar concienzudamente la situación y no pecar por soberbios y descontentos.

Hoy, nos encontramos con errores graves cometidos por el gobierno, como el de insistir en no desmontar el Estado burgués que todavía muestra mucha fortaleza y es el principal obstáculo para que el pueblo sea el real protagonista de la revolución, protagonismo secuestrado por una pesada burocracia que decide inconsultamente por dónde debemos marchar. Las leyes del llamado Poder Popular, son meros discursos hechos leyes, porque generan estructuras orgánicas que están lejos de permitir que el pueblo trabajador sea realmente el poder; Comunas que como Concejos Municipales en miniatura, se la pasan mendigando recursos para echar a andar pequeños proyectos que no le hacen ni cosquillas al capitalismo. Los dirigentes de la economía del gobierno, ingenuamente, se han dejado arrastrar por los caminos que la burguesía ha querido con la guerra económica, apoyada desde adentro por la burocracia pequeño burguesa que se ha enquistad en el gobierno y el Estado, y suponemos, que el presidente Maduro sabe quienes son, pero no le es fácil deshacerse de ellos. La guerra económica en el capitalismo es un hecho diario, con la cual la burguesía somete al trabajador, no es algo aleatorio ni circunstancial, es la manera más expedita de manifestación de la lucha del capital contra el trabajo. La única salida contra la guerra económica burguesa es hacer la revolución socialista desarrollando las fuerzas productivas a la vez que vamos disolviendo las relaciones sociales de producción capitalistas fundamentadas en la relación capital – salario. Esta lucha es la clave en la confrontación contra el capital, la cual es a muerte y esto debe tenerlo claro el gobierno. No se puede acudir a pañitos calientes o al uso de parches porosos, hay que ir a la esencia de las relaciones capitalistas y destruirlas.

El Capital está a la ofensiva desde muchas direcciones, la crisis lo obliga, y las fuerzas revolucionarias no podemos fracturarnos en estos instantes, por muchas contradicciones que existan y nos coma el descontento por dentro. Nuestro enemigo de clase sabe sacar provecho de las contradicciones que se anidan en nuestro seno y las estimula para fortalecerse, nosotros no sabemos hacerlo con sus contradicciones.

En la clase trabajadora hay una fractura evidente y todas las centrales trabajadoras se hacen de la vista gorda, a la hora de impulsar los Consejos Autónomos de Trabajadoras y Trabajadores. Órganos auténticamente válidos para el desarrollo de una política revolucionaria, donde la clase es el sujeto impulsor del socialismo y no un simple accesorio del Estado o el partido. Mientras nosotros los trabajadores, sujetos sociales principales en la lucha contra el capitalismo, no juguemos nuestro papel histórico, la revolución socialista será una quimera y por allí está la pata coja de esta revolución, controlada por sectores pequeño burgueses, más apegados a las concepciones socialdemócratas que a las socialistas, por esto, su insistencia en la conciliación de clases que en la profundización de la revolución planteadas con tanta vehemencia por el Comandante Chávez.

Ahora, llamar a abstenerse en las elecciones del 6 de Diciembre, para que la MUD saque mayoría y domine la Asamblea Nacional ¿Puede incrementar la participación del pueblo? ¿Una situación de tal tipo favorecería el desarrollo de la lucha de clases?. Creemos que no, por el contrario, pensamos que el nivel de conflictividad entre el gobierno y la MUD, distraería cualquier esfuerzo que los revolucionarios hagamos para lograr que el pueblo trabajador definitivamente tome la hegemonía sobre la burguesía y se imponga en la sociedad. Es negar que la presencia del Presidente Maduro y algunos camaradas en la Asamblea, nos garantiza que nuestras tareas organizativas y políticas las podamos realizar sin el espanto que causaría la represión, si en el supuesto negado que los sectores hoy en la MUD, asuman de nuevo el poder. Sus rasgos fascistas mostrados el 11 y el 12 de Abril, es suficiente para saber por dónde viene la contrarrevolución.

Sería también negar que hay un espacio ganado en la conciencia de la gente, lo cual hace un territorio propicio para que actuemos, tratando de romper con los métodos burocráticos y poco revolucionarios de algunos funcionarios del gobierno y el Estado. La tarea nuestra es actuar con autonomía en el seno del pueblo, y con él, a través de sus organizaciones directas, empujar hacia las Comunas libertarias sean una realidad, para que los Consejos Autónomos de Trabajadoras y Trabajadores, sean el instrumento de poder directo de la clase.

Creer que la abstención es un elemento clarificador en si misma, es pecar de ingenuos o demostrar que nos entró la desesperación, porque el proceso no se enrumba por un camino verdaderamente revolucionario. Hay que reconocer que a los revolucionarios nos ha faltado iniciativa, audacia revolucionaria e inteligencia en estos 17 años, y nuestra actuación se ha reducido a algunas actividades políticas de poco peso. Parece que las Comunas no ha sido nuestro objetivo político – organizativo, e igual tratamiento le hemos dado a Los Consejos Autónomos de Trabajadoras y Trabajadores. Muy poca iniciativa hemos desplegado y no aprovechamos el momento cuando el Presidente Chávez habló de “Comunas o Nada” como un grito desesperado para darle otro camino a la revolución porque descubrió en este instrumento, la base real para la socialización socialista y este no era tomado en cuenta por ninguno de los Ministros, especialmente Ricardo Molina, ministro constructor de urbanizaciones sin comunas. Él fue el ejemplo puesto por el Comandante Chávez, pero su crítica abarcaba a todo el cuerpo ministerial.

Abstenerse, es eludir el territorio donde se debate hoy el conflicto de clases, es dejarle el plato servido a la burguesía y al imperialismo para que impongan su formato de dominación de los pueblos América Latina, ya habiendo comenzado el Domingo 22 con Argentina. No podemos dejar sólo al Presidente Maduro, con todas las contradicciones que tengamos con el gobierno, él forma parte de nuestra clase y a eso debemos apostar, ¿O es que el imperialismo ataca ferozmente a este gobierno porque lo ve como su aliado?. Hay una política clara contra el imperialismo por parte de gobierno, llevada por todos los escenarios internacionales y ese es un paso importante para los revolucionarios creyentes en el socialismo y el comunismo. Un avance que no podemos perder de vista, de hacerlo es porque no comprendemos realmente los procesos y sus vaivenes y sólo vemos los procesos que idealmente deambulan por nuestros cerebros,

Voy a recordar una situación que me pasó con mi mamá ya nonagenaria, hoy sembrada: Estábamos viendo en la televisión un “Aló Presidente” en los inicios del primer gobierno de Chávez, yo le hice una crítica al Presidente y mi madre sabiamente me dijo, “Hijo, para ser militar, es mucho lo que está haciendo por el país, el no es socialista, pero puede serlo” y el tiempo le dio la razón, porque todavía el Comandante Chávez, no se había declarado socialista.

Ser radical, es ir a la raíz, decía Marx, e ir en esa dirección nos marca los tiempos, y sólo es posible ser radical cuando aportamos para que la conciencia del pueblo trabajador, tome para si la conciencia revolucionaria y la haga acción transformadora. El voluntarismo subjetivo, nos ha llevado a cometer muchos errores, y lo malo de esto, es que queremos repetirlos en actos que nos muestra la terquedad y la desesperación.

Abstenerse es darle a la MUD, la oportunidad esperada, para que vuelvan a dar el zarpazo. No votar por la MUD el 6 – D, es nuestra primera propuesta, y NO ABSTENERSE, la segunda, por los momentos.

¡CUIDADO CON LA MUD QUE TRAE MUCHA MENTIRA POR DENTRO!

ES LOBO TRATANDO DE DISFRAZARSE DE OVEJITA Y CON LOBO – OVEJA NO SE JUEGA



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José Bonilla A.


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