Yo no soy leguleyo ni jurista, y mucho menos, jurisconsulto; lo mío es otra cosa, pero, “moscapil” -mosca con las pilas puestas, expresión que me enseñó esa leyenda del periodismo venezolano contemporáneo, Américo Hernández, amigo, echador de bromas, margariteño, que ya es decir todo, y quien me prometió irse de pesca conmigo para pescar un zapatero de 60 kilos (ojo, que matar un zapatero 2 kilos y 1/2 sería un fenómeno como lo de cazar un conejo de 3 kilos), lo que no pudo ser-, basta de Derecho romano y de otras exquisiteces jurídicas como el Código civil francés, el Estado no puede ser eterno, hay que aliviar la carga e ir hacia el apogeo del derecho, ahí está de ejemplo la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por si de acicate se trata.
Pero, al grano, ¿puede Ramos Allup venir a meter coba impunemente y que los incompetentes organismos lo permitan? ¿Ramos Allup es o no jubilado del antiguo Congreso Nacional, que aunque ahora se denomina Asamblea Nacional, la denominación de diputado sigue firme?
¿Y, puede Ramos Allup cobrar doble sueldo por el mismo cargo del que ya fue jubilado? ¿Y, tiene el sujeto, derecho a presidir un Poder del Estado, tal la Asamblea Nacional?
A mí que me barajen esa vaina, y si así lo permite la Constitución, que ese carajo presida un Poder del Estado, entonces, pido disculpas y, ¡también, metí la pata, que siga la fiesta!
