Por los sueños, por aquellos que no son como los de los niños, de adultos que hasta por ellos hasta poetas son, pero si por los impregnados de mala fe, oscuros deseos, ajenos de grandeza, pletóricos de mezquindad, que en muchos lados están, uno recuerda aquello de Calderòn:
“Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte. ¡Desdicha fuerte!
¿Qué rey quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
Chùo Torrealba puede decir cuánto quiera. Tiene derecho a soñar. Es más, tiene el aval de una enredada o mejor imbricada red de medios dispuestos a expandir su voz. Por supuesto, no por esta misma, que no es muy alta que digamos, sino porque le pusieron a representar, mientras tanto dentro de la MUD se dirimen los atajaperros internos. Pero ese “cuànto quiera” no es una verdad o licencia absoluta; puede decir lo que se le ocurra de Maduro, siempre que no contradiga a la MUD y quienes detrás de ella estàn.
El drama de la MUD se ha hecho sufrido, porque no se trata solamente de sacar a Maduro sino cómo, cuándo y el qué hacer luego. Por eso el importante jefe en la diplomacia gringa Thomas Shannon, les ha recomendado paciencia, algo así como que tomen Moringa, para decirlo como suele recomendar con ironìa Diosdado Cabello, y trabajen para que el gobierno de Maduro llegue a su fin, acompasando los tiempos y sin provocar acción alguna “censurable”.
Pero el drama se intensifica más porque, parecieran percibir en este momento, el liderazgo recaería sobre los hombros de quien más recalcitrante sea, inmediatista sin importar lo que la Carta Magna diga. Si a eso vamos, muchos en la MUD pudieran estar preocupados por la ventaja, que en este momento, casi dos meses después de instalada la AN, a casi todos les llevan María Corina Machado y Leopoldo López, quienes han sido los líderes del apresuramiento y en saltos al vacío y no quienes fungen de discretos y “cuidadosos de lo constitucional”. Aquellos dos pudieran haber tomado un segundo aliento. Pues, después del 6D y habiendo comprobado que aquello no se tradujo en la desaparición de Maduro, evaporación del chavismo y menos en la aparición de los productos ansiados, el ànimo de la gente pudiera haber cambiado. Algunas encuestas parecen decir que sì.
Claro, toman cuerpo quienes creen encontrar en los artículos 333 y 350, la justificación para sus acciones ilegales, presumiendo al mismo tiempo distanciamiento de la violencia y solidaridad con los violentos, quienes también se agarran de los mismos clavos encendidos. Serìan igualmente violentos en otro estilo, como aquello que el Dr. Josè LuisVetencourt, llamo “violentos pacíficos”.
Lo único claro, despejado, desde el punto de vista legal, constitucional, es la relación entre los artículos antes mencionados y los 70 y 72, relativos al revocatorio del poder de un gobernante pasada la mitad de su período. Para eso no se requiere violencia de ninguna naturaleza.
Claro, si se les utiliza para estimular acciones fuera del marco de lo que ellos establecen si se estaría incursionando en el campo de la ilegalidad y lo no democràtico.
Entonces, el inmediatismo que la oposición toda, ayudada por la política oportunista del Departamento de Estado que juega a todas las cartas y ha impuesto dentro de ella en el pasado, en ese tira y encoge, según las circunstancias, la idea de romper lo constitucional sin medir la gravedad de las consecuencias, le ha servido de caldo de cultivo a las fuerzas que permanentemente se muestran más agresivas. Tanto que el punto de equilibrio dentro de la MUD tiende por coyunturas a inclinarse mucho a la derecha. Este pareciera ser uno de esos momentos.
Ramos Allup se aprovechò de los resultados electorales del 6D para conseguir los votos de Voluntad Popular y pasar a presidir la Asamblea Nacional, cargo apetecido por Primero Justicia y Julio Borges, siendo estos la primera fuerza de la oposición. Pero el acuerdo AD-VP, le impuso a los primeros una agenda de la cual uno les había creído distanciados. Los de Lòpez no les interesaba que los de Capriles y Borges tomasen el cargo que ahora tiene Ramos Allup, como por carambola. Por eso, Ramos aparece ahora, como en trabajo anterior lo hemos mencionado, tal un “guarimbero leguleyo”, que ya no cree en la independencia de los poderes ni que el TSJ es el máximo tribunal de la república, como siempre sostuvieron los adecos, sino un simple mamotreto. Ni siquiera aquel tramoyista de la judicatura que se llamò David Morales Bello, fundador y jefe de las llamadas “tribus judiciales”, donde se armaban todas las tramoyas y trampas que se aplicaban en los tribunales, se atrevió a poner en duda la Majestad de la Corte Suprema de Justicia, como entonces se llamaba el TSJ.
Por estas cosas, a la oposición le ha costado o le está costando ponerse de acuerdo con respecto a lo què harán y cómo de ahora en adelante. Por eso quiero insistir en recordar lo recomendado por Shannon. Pero además, en ellos ha prendido la “candidaturitis” y hay quienes pueden esperar hasta 2019, pero quienes no, sobre todo porque “Caballo Viejo no tiene otra oportunidad”. Porque a mi parecer, con toda la pesadumbre que eso a uno cauce, no veo en los motores la potencia y velocidad necesaria para resolver este entuerto. Ademàs, el gobierno mismo aparece enredado en el desarrollo de su política; como tratando de espantar fantasmas mientras los vivos, de fuera y adentro, hacen y deshacen a placer.
Pero, como solemos decir, soñar no cuesta nada. Uno sueña y seguirà soñando. No cuesta entonces volver a Calderòn y recordar lo que somos, aunque sòlo se trate de sueños y lo que hemos soñado, que eso somos, “aunque ninguno lo entienda”.
Sueñe el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende.