La burguesía, por naturaleza timorata ante las revoluciones, es su naturaleza. Están temblando por los CLAP. Solo se inicia este ensayo revolucionario y sienten el cuchillo al cuello, se llenan de pavor y reaccionan en su más característico estilo fascista. Sus voceros de la MUD no escatiman esfuerzos para desplegar una terrorífica campaña en contra del pueblo organizado; sus maniobras, como siempre llena de subterfugios intentan confundir y seguir con el mismo engaño de siempre a las masas populares y sectores de la clase media. Terreno fértil consiguen en los llamados bachaqueros, carne de cañón en esta batalla, son los que lanzan a la calle a generar violencia, son los manipulados de siempre, los que creen llegado el momento de ser burgueses y sentarse con el bachaquero mayor y su estado mayor a compartir el pavo navideño. Los bachaqueros están molestos, cada día el círculo de la controlaría social se les acerca más a su cuello y en coro salen a defender a don Lorenzo y su combo bachaquero.
Los acontecimientos de violencia ocurridos nos muestra que la iniciativa de los CLAP es acertada; con ésta se controla, pero lo más importante apenas comienza: la organización popular y el nacimiento de un nuevo modelo distributivo y productivo que acabaría con la burguesía parasitaria, ojo, no estamos hablando de acabar con la propiedad privada, el libre comercio y todo tipo de actividad lícita, hablamos de acabar con lo podrido de la economía venezolana representada por la burguesía parasitaria a cuya cabeza está el grupo Polar.
La burguesía se jugó una carta peligrosa: desatar los demonios de la avaricia generando desabastecimiento e impulsando la especulación, pero sin tomar en cuenta que este pueblo es arrecho y más temprano que tarde se daría cuenta de quienes son sus verdaderos enemigos de clase y hacia allá afinará el disparo. No es para menos que la burguesía esté como "palo e´gallinero", hay razones de peso para ello y veamos: Un nuevo sistema distributivo combatiría la inflación inducida, planificaría la economía, la diversificaría, la independizaría, acabaría con las mafias poderosas que establecen los precios que le da la gana, incentivaría la producción sana, el comercio justo, el intercambio productivo, sustituiría importaciones, ahorraría reservas para el país, acabaría con los oligopolios tipo Polar, elevaría la conciencia del deber social, combatiría el lumpen proletariado y a la lumpen burguesía, mejor conocida como burguesía parasitaria, acabaría con el rentismo petrolero y se crearían las redes sociales necesarias para hacer realidad la democracia participativa y protagónica en el ámbito económico... ¡una revolución económica pues! ¿Qué burgués no se caga con eso?
Paradójicamente esto está ocurriendo en el momento en donde las fuerzas burguesas aparentemente avanzan en el ámbito político al conquistar mayoría en la AN; razón tiene Maduro cuando habla de "una victoria de la burguesía circunstancial", no obstante, se trata de ellos o nosotros, y cómo ninguna clase social se suicida, el mismo ensayo bestial de la burguesía al ponernos a pasar calamidades en la búsqueda de los artículos básicos para vivir nos da la oportunidad de acerar la conciencia y profundizar la lucha hacia un ámbito ciertamente rezagado: el económico.
Ciertamente que estamos ensayando, inventando, probando, pero lo más importante va intrínsecamente, estamos caminando hacia la anhelada revolución económica para dar un salto cualitativo inconmensurable. Solo imaginemos el impacto de los logros sociales alcanzados en el ámbito de los salarios y demás servicios sociales si depuramos la economía del bachaqueo, la especulación... si logramos blindar la moneda de fenómenos inducidos cómo el dólar today. Pero algo más importante: si logramos una economía socializada y democratizada ejercida de manera directa por los ciudadanos que controlarían los puntos más neurálgicos por donde nos han atacado. Sin duda que el impacto social será tremendo. Cuando veamos a una familia que ha venido soportando los precios especulativos con inventiva y que dichos precios lleguen a lo justo. Cuando logremos una cultura productiva, que nos acostumbremos a ser libres y producir nuestros propios alimentos, si no todos, si en gran medida lo que consumimos... cuando logremos desprendernos del bendito consumismo capitalista y solo usemos lo necesario para vivir bien... ¡Pues simplemente seremos una potencia!
El imperio y la crema y nata de la burguesía criolla, que si sabe lo que puede ocurrir, se desespera. Sus laboratorios deben estar analizando las peores salidas. Todas basadas en la violencia, en la muerte, en la invasión y erradicación "del mal ejemplo" venezolano. Así que tenemos un escenario de quiebre histórico, peligroso de por si, sin embargo, el aliciente más importante es que en medio de toda esta guerra económica, psicológica y de todo tipo, el pueblo de Bolívar y Chávez se levanta con paciencia milenaria a dar la batalla. A la burguesía y al imperio en su desespero se le olvidó que esta es la patria de Bolívar y Chávez ¡carajo! Se vinieron con todo, tienen años agrediéndonos y le hemos demostrado que somos capaces de resistir y mucho más, sobretodo CONSTRUIR un nuevo modelo económico. Nos quisieron acabar con el hambre y aunque aturdidos y confundidos muchos, ya hoy empezamos a despertar... ¡tenéis razón burgueses de estar cagaos! Lo que se les vendrá será nada más y nada menos que la expulsión de su último y único bastión de poder: el económico.
Así que no nos extrañemos de sus maniobras en la OEA, del balbuceo de sus muchecos y payasos tipo Almagro, Ramos Allup, Mendoza, Macri, López, María Machado, Capriles, etc. Para eso están ellos allí bien pagados por el imperio, pero lo que si es cierto es que este pueblo está despertando y lo hará cómo un huracán sin freno; controlado, si; organizado, si, pero dando el palo e` cochinero bien dado, en donde le duele a la burguesía, en el bolsillo. ¡Oligarcas... El miedo es libre!