Llovería sobre mojado, o descubriríamos el mundo demasiado tarde, si por tener la chispa atrasada dijéramos que el fascismo lleva tres años añorando la cabeza de Nicolás Maduro. Eso lo saben hasta las piedras, e incluso aquellos incautos que por novatada acariciaron la idea de que los escuálidos algún día entrarían en razón por fuerza de las circunstancias.
Aun que dicen que hay de todo en la Viña del Señor, sin embargo no le encontramos patas ni cabeza a esos dudosos chavistas que por bajas pasiones ahora coinciden con la perversa agenda golpista de los enemigos históricos del proceso bolivariano. ¿Podrán considerarse auténticos revolucionario aquellos que por x razón fueron sacados del gobierno, y ahora no disimulan su ensañamiento contra todas las políticas del Estado? ¿Se puede ser cristiano, y de noche prenderle una velita al demonio?
En verdad habría que ser bien tarugo para andar creyendo que un eventual gobierno pitiyanqui establecería diferencias entre chavistas ortodoxos y chavistas renegados. Por ello sostenemos que es una soberana estupidez hacer causa común con los fracasados de una oposición que ya no encuentra en que palo ahorcarse.
Y aunque aclaramos que no se trata de defender a ultranza cualquiera de esos involuntarios errores que pudieron cometerse durante la administración de Maduro, también consideramos que no sería de sabios que por despecho desconociéramos que la guerra económica genero descontento que alcanzo a las bases del chavismo, pues es sabido que el fin ulterior de la ultraderecha siempre ha consistido en exacerbar ánimos en la población para tratar de pescar el rio revuelto y poder asaltar el coroto. Se fijan porque siempre la MUD tiene la mala costumbre tirar la piedra y esconden la mano.
En cuanto ese manoseado referéndum revocatorio que ya apesta, Raimundo y todo el mundo saben que es otra de las trampas caza bobo de la MUD, porque hasta el gato sabe que todas las encuestas dicen que la oposición fascista perdió la calle después del 6D. ¿O es que la mentira dejo de tener patas corta, y ahora el mundo pertenece a los embusteros de oficio?
Recordamos a esos reconcomiados que por x motivos fueron despachados del gobierno, que en política el odio y las bajas pasiones son mala consejera, y que por esa razón en el cementerio de la historia no caben más frustraciones. ¿Alguien podrá imaginarse lo miserable que serían nuestras vidas, si por desgracia Venezuela vuelve a caer en las garras de esas potencias occidentales, hoy hambrientas de materias primas y mano de obra barata? ¿Por qué a veces habrá hombres públicos tan torpes como los Borbones de la Restauración francesa, que todo lo olvida y nada aprenden?
Sin ambages de modestia ni añoranzas acantonadas, este humilde escribidor les advierte que es mejor agarrar aunque sea fallo en una revolución defectuosa, que perderlo todo por dejarse engatusar por una oligarquía parasitaria al servicios de un capitalismo voraz que hoy se encuentra en su fase terminal.