En el supuesto negado de que se le aprobara a la oposición ejecutar el referéndum revocatorio para salir de Maduro, obviando que el solo hecho de haber comenzado fuera de tiempo tal procedimiento y que las firmas para tal fin además de presentar una vulgar y descarada adulteración incluidas rúbricas de muertos, de menores de edad y gente no inscrita en CNE, serían suficientes razones para impedírselo, máxime si esa misma oposición desconoce sus atribuciones constitucionales para tal fin al igual que las del máximo tribunal de justicia competente la pondría fuera de lugar.
Han sido de tal magnitud sus alocadas aventuras que la colocan fuera del estado de derecho y nada tendría de raro que quienes los llevaron les cedieron la Asamblea, serían los primeros en desalojarlos. Los chavistas conmovidos por el dolor de haber perdido físicamente su gigante y que gracias a la infame campaña mediática de la oposición acusando a Maduro de ser responsable de las colas de hambre sin dejar de ser revolucionarios, se abstuvieron de votar, sin darse cuenta que estaban abalando con ello el triunfo de sus detractores al que también se sumaron los independientes engañados por el slogan de que esa cola para votar a su favor sería la última que harían.
Las acciones fascistas desatadas en Argentina y Brasil luego de quebrar su anti imperialismo, resultarían flacos ejemplos de lo que ocurriría en Venezuela si tomamos en cuenta los desafueros cometidos durante el golpe que, afortunadamente por pocas horas, mantuvo a Chávez fuera del poder y cuyos responsables son los mismos que hoy están comprometidos en la guerra no convencional pero cuya meta no resulta ser más que otra maniobra propagandista para desprestigiar a los chavista y todo lo que suene a bolivariano para hacerlos desaparecer del mapa. El paso de los miles de venezolanos que cruzaron sin ninguna restricción la frontera hacia Colombia para según la propaganda satisfacer humanamente sus necesidades comestibles, no paso de ser una confabulación para despotricar de la patria de bolívar, máxime si la mayoría de productos que compraron procedían de nuestro país y los compraron más caros de los que aquí les venden los –bachaqueros pero no pasaron dos días sin que la canciller de Colombia le echara un parado a esa situación exigiéndoles pasaportes, invitación de familiares, tiques de hotel y hasta cierta cantidad de dinero para demostrar que iban a gastarlos allí.
El decreto del presidente Nicolás Maduro para comprometer a su Fuerza Armada, sus ministros y el pueblo chavista en enfrentar todos los flancos que hacen posible las colas de hambre y solo hasta que por fin los Comited locales de abastecimiento popular terminen por imponerse, entonces habrá comenzado la consolidación de la revolución. Todo esto que a grandes rasgos pareciera una especulación tomando en cuenta el supuesto negado con el que comienzo este artículo no se puede, sin embargo, echar en saco roto y menos quedarnos con los brazos cruzados mientras sobrevivan los imperios.