Independientemente de la Ley de Amnistía y reconciliación nacional (mejor conocida como de amnesia criminal) aprobada por la mayoría circunstancial de la derecha venezolana en la Asamblea nacional y en la que figuran el olvido y el auto perdón de crímenes que van desde el homicidio pasando por el narcotráfico hasta delitos de lesa humanidad, razón por la cual ya el máximo tribunal de justicia reprobó por inconstitucional.
No obstante esa derecha continúa aprobando leyes como la de una supuesta propiedad de la vivienda que por adelantado el presidente Maduro ha vaticinado: correrán la misma suerte. La Ley en cuestión, mediante subterfugios pretende recuperar las tierras de las viviendas adjudicadas a los humildes (cuyo valor multiplicaron, gracias a los servicios de centrales eléctricas, autopistas, estaciones del Metro y Centros de salud, entre otros) para devolverlas a sus antiguos propietarios y, en función de ello, chantajear a los beneficiados de la misión con su cancelación y en el mejor de los casos tener que hipotecar para poder convertirse entonces si, en sus nuevos propietarios.
El objetivo es impedir que estas personas humildes se conviertan en vecinos de los ricos y obligarlos a volver al cerro de donde, según su pérfida óptica, no debieron salir nunca. La reforma de la ley del trabajo que con ofertas demagójicas como la promesa incumplida de que la cola para votar por ellos, sería la última que harían porque después no volverían a ser víctimas de las penurias sufridas en las filas para comprar los productos de primera necesidad y, sin embargo, estas continúan. Su excusa ha sido que se trataba de una propaganda y que en las campañas electorales todo se vale. Esta es otra de sus pretensiones junto con unas pretendidas reformas del poder judicial, el Banco Central de Venezuela e incluso del poder electoral que les garantizo su triunfo en la Asamblea, y que forman parte de su grosero y osado repertorio dirigido a mostrar al gobierno y sus instituciones como incapaces e ineficientes.
En realidad el propósito de la derecha opositora venezolana es acabar con la revolución bolivariana y, mediante el lema de la llamada salida, adelantar diversas y hasta simultaneas estrategias que bajo el manto de una supuesta constitucionalidad, agotar los recursos que, aparentemente legales, le permitirían en una tiempo no mayor de cien días, salir del presidente Maduro. No otra cosa se desprende de los anuncios que a continuación citamos, pondrán en marcha para tal fin: una enmienda constitucional tendente a reducir el periodo presidencial. Activar el referendo revocatorio del mandato presidencial. Reducción del periodo presidencial u obligar la renuncia del jefe de estado mediante la presión de manifestaciones masivas diarias que, afortunadamente hasta ahora sus partidarios no han atendido.
De los anuncios hechos por la oposición que han ido desde un mes hasta cien días para que se produzca la salida del presidente Maduro, simultáneamente con un editorial del Washington Post llamando a una intervención desesperada "para salvar a Venezuela", se ha puesto como fecha tope una marcha de protesta similar a la ocurrida previa al golpe de estado en que se auto juramentó presidente de Venezuela Carmona Estanga y la cual tendrá lugar el próximo 19 del mes en curso.
A propósito altos dirigentes del gobierno les han advertido que si entonces el pueblo llano de manera espontánea y sin ninguna organización en menos de tres días dio al traste con los golpistas, hoy cuando está organizado y cuenta con el apoyo incondicional de su fuerza armada bolivariana y chavista para contra restar cualquier intento desestabilizador, no tienen idea de cuan caro les podría costar una aventura semejante.