Después del 1 de septiembre

No puedo adivinar qué va a pasar el 1° de septiembre, pero estoy segura que la dupla cívico – militar, con mayor o menor dificultad, va a apagar cualquier candelita que prenda la contrarrevolución. Y también estoy segura que el pueblo, “el pueblo en la calle”, va a jugar un papel decisivo en ello.

El pueblo chavista ha crecido, lo ha hecho en grupo y en muchos casos por cuenta propia, tanto por convicción y empeño en convertirse en protagonista de su propia historia, como por un elemental instinto de supervivencia.

Las constantes agresiones de la contrarrevolución y la identificación cada vez más clara de las intenciones del enemigo han familiarizado a las bases chavistas con la dinámica perversa del sistema capitalista y han fortalecido su espíritu de lucha por la continuidad del proyecto revolucionario bolivariano del Comandante Chávez.

Más la madurez política del soberano resteado con Maduro y con este proceso implica, además de la confrontación con los enemigos obvios, la identificación de quienes disfrazados de rojos rojitos son cómplices de la desmejora programada de las condiciones de vida conquistadas a partir de la llegada del Comandante Chávez al gobierno.

Los chavistas tienen clarísimo que ya en la Agenda Alternativa Bolivariana, el Comandante Chávez (mucho antes de declararse socialista) optó por colocar lo social por encima de lo económico. De allí su seguimiento sistemático del desempaño de los integrantes del equipo del Presidente que fingiendo acompañarlo rumbo al socialismo marchan en sentido contrario.

Después del 1° septiembre las autoridades deberán considerar una mayor participación del poder popular en la toma de las decisiones. Los ministros deberán caer en cuenta que no son ellos quienes “no van a abandonar al pueblo” sino que es el pueblo quien los puede abandonar a ellos si no se toman en serio la democracia participativa y protagónica.

Deberán entender que el pueblo reciclado como constructor, productor y distribuidor para satisfacer sus necesidades y enfrentar el sabotaje de las fuerzas reaccionarias mundiales está dispuesto a dar lo mejor de sí da, pero también exige. Cada vez más consciente de su importancia como garante del proyecto bolivariano considera necesario tener un papel activo en la conducción del país, así como una participación directa en los centros de formación, investigación y desarrollo indispensables para dar viabilidad a la nueva Venezuela.

La previsible derrota de la contrarrevolución los primeros días de septiembre ofrece una excelente oportunidad para erradicar el burocratismo cuartorepublicano de nuestras instituciones y lograr la cooperación franca, operativa y efectivo entre el poder popular organizado y el poder constituido nacional, regional y municipal.

Viviremos y Venceremos


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Mariadela Villanueva

Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular

 mariadelav@gmail.com      @mariadvillanuev

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