Como dice la sentencia del lenguaje del marketing e industria cultural: “Nunca las segundas partes fueron buenas”. La oposición venezolana y mundial, casi desarticulada hoy, se quedó con “los crespos hechos”. Analizando la situación con la Doctrina Estratégica del Entorno Hostil, la derecha venezolana cabalgó al ritmo de la triple alianza, desarrollando “esfuerzos” por crear una “depauperación programada” (al estilo europeo) en la población venezolana con la embestida de la “guerra económica”. Esto es la inflación, el desabastecimiento, el monopolio y expoliación de divisas y otras indignidades como el lumpen-comercial o bachaqueo y contrabando.
Ni con guerra subliminal, ni con psicoterrorismo, ni con las acusaciones y presiones a los poderes públicos y ni con su lenguaje decadente en los diputados derechistas, que desnaturalizó los restos de una cultura retórica que conoció buenos oradores en el pasado (por supuesto no hablo de Allup), ni aun refugiados y financiados por la NED en sus institutos de investigación, menos los ex-izquierdistas, pudieron levantar su ránking. Eso demuestra su falta de presencia en el pueblo, pues ese de las zonas populares representa a derechistas de clóset, que jamás se arraigaron en ese pueblo que volvió a “cantar unido”.
Quienes hablan de crisis de la hegemonía están equivocados. Los hechos de hoy lo demuestran, la marcha exigua de la oposición expresa como me comentaron: “Salieron sí, pero ni por un líder ni por un discurso”. El golpe de Estado es un golpe continuado. Pensaron crear una reacción en cadena de Argentina-Brasil-Ecuador y Bolivia y Venezuela.
El “efecto tequila”, evocado de las presiones del poder financiero internacional, perdió la carrera de los cien metros planos. La situación geopolítica del mundo, el empoderamiento y éxito de la mejora de los precios del petróleo y la inminente consolidación del mercado del oro crean el magnetismo económico que exhibe el Arco Minero, que promete el éxito de la Agenda Económica y la restauración de los circuitos de circulación de bienes y alimentos. La Revolución económica que se gesta será la derrota definitiva para fin de año de la guerra económica.