El odio de clases que la dirigencia apátrida de la oposición venezolana (MUD) tiene contra la Revolución Bolivariana, los lleva a menospreciar y banalizar todo lo que proceda del chavismo. Algunos hablan de racismo social. La angustia existencial los atormenta y los lleva a cometer todo tipo de disparates. En esa contradicción histórica han estado por siempre, lo que se traduce que han ido de derrota en derrota. Siempre han salido con las tablas en la cabeza. No es casual el escepticismo y la desmoralización que hoy por hoy invade a buena parte de los opositores.
A Chávez le negaron toda la inmensidad de su obra y le dijeron de todo. No le perdonaron nunca al Comandante, haber surgido con un hermoso y nuevo proyecto de país. Es tanto así, que votaron en contra del proceso constituyente y de la actual Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Ahora dicen defenderla. Han sido en verdad unos hipócritas y fariseos de la política, donde no importa los medios con tal de aplastar el proceso revolucionario. La misma conducta, y hasta peor han tenido con el presidente Nicolás Maduro, a quien no le han dado ni un minuto de tregua. No perdonan que tengamos como jefe de estado, a un hombre que se formó en las luchas sindicales y combatió el oprobio de la IV República. No le perdonan que se haya formado al lado del gigante Hugo Chávez. Han subestimado en grado superlativo la capacidad gerencial del hijo de Chávez. Pero se han equivocado de calle.
El Presidente Nicolás Maduro ha demostrado en tan poco tiempo que tiene dirigiendo al país, que está hecho para enfrentar las miles de dificultades sean del tamaño que sean. Temple de acero. Nicolás Maduro ha estado al lado de su pueblo en esta bestial guerra económica, propiciada por el imperio y los lacayos de la MUD. Hemos visto a un presidente garantizando la paz en el país ante los deseos y provocaciones de sectores irresponsables y golpistas. Hemos visto al presidente Maduro, moviendo las piezas en el escenario internacional para lograr un precio justo del petróleo.
Hemos visto a un Presidente, que no le ha temblado el pulso para meter en cintura a los desestabilizadores y guarimberos. Con un petróleo venido a menos, el Presidente Maduro ha hecho de tripas corazón para garantizarle al pueblo derechos fundamentales. Un presidente que consulta, oye y aprende de las campanadas del pueblo. Un presidente que ha sido leal a Hugo Chávez, como lo son millones de compatriotas. Y acabamos de ver al Presidente Maduro aprobando en el congreso de la patria, el presupuesto 2017 ante el desacato de la mayoría adeco-burguesa de la AN. Presupuesto este, donde el 74% de los recursos será destinado para la inversión social.
Esto le duele a los neoliberales. Lo social para ellos es "gasto público". Creo que nunca se imaginó la MUD, que Maduro lo arrinconaría ante la pretensión de hacer del presupuesto, lo mismo que hicieron con el decreto de emergencia económica (lo negaron). Les quedó frío el show que pensaban montar con la canalla mediática. Hemos visto a un Presidente que dignamente representa la herencia de libertad y de justicia social que nos dejó Hugo Chávez.
Que sigan subestimando al Presidente Nicolás Maduro. A comienzos de año le dieron seis meses, y llegamos ya a los albores de la Navidad. En su desesperación personifican sus ataques hacia los líderes del proceso. Ellos no entienden ni entenderán jamás que no se trata de Maduro, ni de Diosdado. Se trata de un pueblo que aprendió y se cubrió de la gloria de Hugo Chávez Frías. Alguien dijo que: "el chavismo es un Huracán que anda despierto y empinado por los cuatro puntos cardinales". En todo caso, es el pueblo que ha despertado para brillar por siempre con luz y esperanza indómita. ¡¡VIVA LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA!!
