Ahora mismo, como decir mañana, en Caracas para complacer a Capriles, donde pareciera habrán de reunirse gobierno y oposición, pues como qué se trancaron, por ahora, los escapes de los violentos por la presencia del delegado papal, habrá un acuerdo. Asegurar esto es como darle un tiro al suelo. Pues es la práctica habitual de las cúpulas que ahora se disponen a dialogar. Por eso no pelearán. Allí no estará el pueblo; los problemas del hombre común, de la cotidianidad, casi de la subsistencia, no se ventilarán allí porque quienes sí estarán no llevan la carga. La discusión si bien tiene interés para todos, como que entre ellos no se maten, y en el desparrame de los combates el mayor número de víctimas no los pongan los ausentes, no obstante se centrará en temas de lo que a ellos más atañe. Que el revocatorio se haga de acuerdo a lo legal, tal como ha dispuesto el CNE, hasta se adelante de conformidad a lo que quiere la MUD y otra gente que sueña demasiado. Que la AN y su desquiciado presidente no sigan jodiendo al gobierno y este a aquella entregue las mesadas Eso lograría la paz y esto es bueno; creemos que es bastante. El pueblo descansará de este estado de angustia que le pone en corre y corre todos los días, le distrae el estómago y los comerciantes y capitalistas todos aprovechan para llenarse de real, mientras los bolsillos de la gente de a pie se vacían con gran velocidad.
Allí no llegarán reclamos, como que el salario se disuelve rápidamente, las medicinas vitales no se encuentran, la producción no arranca porque los empresarios no quieren y los motores del Estado no acaban de arrancar. En ella Menéndez dirá que nos metemos tres “papas gordas” al día y alguien se conformará con decirle, “no es verdad”. Pero ni una medida, ni siquiera un llanto, allí se escuchará por esas calamidades porque quien debería entonarlo allí no llegará. No habrá allí, ni de un lado u otro, como tampoco entre los intermediarios, quien debe hacer y hace mercado; y no sólo el pagar, vaciar la tarjeta y dar vuelta al bolsillo, sino todo el ahora habitual peregrinaje para al final no hallar lo que se busca, por lo menos a aprecio que se compense con el salario. Pues en estos tiempos de revolución estamos volviendo al pasado, aquel de la IV República; comienza a aparecer de todo pero pocos son bolsillos que los pueden pagar. Como si por aquí hubiese pasado, buscando diálogo, el FMI; puso sus reglas y nadie lo supo. Eso sì, sentimos sus terribles mordidas.
Ahorita mismo en Vladimir a la 1, un sindicalista acaba decir, para asombro de uno, pero también como para confirmar lo que digo, que “el pollo ha bajado drásticamente de precios porque los Clap, de ese producto abarrotan el mercado”. No voy a decirle cínico, porque le vi la cara, pero si es alguien que no se atreve y su sentido de la lealtad tiene las antenas volteadas; o es un pobre burócrata que allí estuvo haciendo un mandado.
Allá, en Caracas, por complacer la malcriadez de Capriles, nadie se quejará porque la pensión del seguro se comporta como la menstruación, “llega mensualmente y dura tres días”, como me dijo una señora esta mañana. Nadie lo hará, porque ese drama le es ajeno a todos quienes en esa mesa se sentaràn, aunque en verdad es de mal gusto sentarse en ellas.. Y la oposición que, podría usarlo de bandera, no le conviene porque de llegar al poder aquellas, las pensiones, hasta rebajaría.
El acuerdo, ya asegurado, sin que siquiera se reúnan, es que de un lado y otro, ratifican tácitamente, aprovechando que allí no habrá dolientes, continuarán usando el dedo como forma para escoger sus representantes, incluso a los que a esa mesa vayan. Antes, el dedo, sufrió un serio descalabro y hasta desprestigio; pero ahora ha vuelto con la misma fuerza y pedigrí de antes; pues los cogollos y grandes electores volvieron de sus tumbas, como esos muertos que le firmaron a la MUD. Se pelearán allí por elecciones, Revocatorio, de gobernadores, alcaldes y de esos fantasmas que antes llamaban concejales, pero nada dirán de cómo escoger a sus respectivos candidatos. Eso, para ambos que se creen diferentes, es asunto que compete exclusivamente al dedo.
La MUD está conformada por directivas que nadie elige libremente. A Timoteo Zambrano le defenestraron por discrepar, de la misma forma que hicieron con Navarro y Giordani. Hay en la oposición, ya de una vez, candidatos a gobernadores sin consultarle al pueblo, por lo menos a la parte de ella.
En estos días, los dirigentes del Psuv recorrieron el país juramentando directivas regionales y municipales, sin que al pueblo, ni siquiera al chavista, en la lista de militantes, se le hubiese pedido su opinión. Es más, pocos saben quiénes son los ungidos o sus dirigentes.
Por eso, el dedo como método para escoger, ya está aprobado en el diálogo, pues de lado y lado, gustan de él, tanto como para jorungarse la nariz, lamerse la paila de dulce de lechosa y dejarla “raspà”. ¡Algo es algo! En cuanto al papado, también le gusta el dedo. ¿Acaso a los católicos venezolanos nos pidieron nuestra opinión o voto para elegir a Porras de Cardenal?