Una vez más Teodoro Petkoff o Pecón, como le dijo una mujer del pueblo en una de sus muchas campañas perdidas, tiró la toalla, es decir, hizo lo que siempre ha hecho, dejó a todo el mundo con los crespos hechos, con el proyecto neoliberal a medio trecho y una legión de frustrados –y disociados– que van camino del suicidio.
Pero ¿podíamos esperar otra cosa de TP, de sus eternos giros derechistas, de su arrogancia y ese creer que está por encima del bien y del mal y por eso no pisa el suelo que pisamos los demás mortales?
Bocón, aún viejo como está, fanfarroneaba por su panfleto y por los espacios mediáticos televisivos que la oligarquía puso totalmente a su servicio mientras transitó la ascensión de los pre candidatos con su falaz discursito neo liberal. A los incautos que tuvieron el brío de creer en él, les dijo que no renunciaría, que llegaría a diciembre y bla, bla, bla. Vivía alardeando sobre la fortaleza de sus aspiraciones y del éxito de su candidatura que, como vemos, no fue más que un globo de ensayo que se espichó ante la figura avasallante de Hugo Chávez Frías.
Su inconsistencia ideológica –la misma inconsistencia de la oligarquía, carente de programa y de objetivos a no ser el agotado neoliberalismo– que lo llevó a hacerle el juego al fascismo que dio el zarpazo aquel infausto 11 de abril de 2002 y su complaciente titular de Tal Cual: “Chao Hugo”.
¿Quién es que se va, mejor dicho, quién es el que siempre se ha ido de la realidad venezolana y se muestra atrozmente complaciente con la oligarquía y el imperialismo en su discurso decimonónico?
Quizás, dentro de esa farsa de candidatura que era la suya, el único gesto digno de tomarse en cuenta –como aquel buen gesto de Dorian Grey, el personaje de Oscar Wilde– fue que se le sacudió a la Malinche Corina Machado y a SUMATE que lo quiso enyugar, en un gesto del Teodoro de los años 60, no pisó el peine de Busch y quiso marcar distancia de las muchas entregas en las que ha caído después que traicionó el movimiento revolucionario, el ideario socialista y se lanzó abiertamente por el camino del oportunismo de derecha, desbarató el MAS y lo dejó más solo que capilla sin santo y no sólo se abrazó a la oligarquía sino forma parte de ella.
Las excusas que da para retirar su pre candidatura, resultan pueriles, ridículas. Quiere hacer responsable al CNE, cuando la verdad está en que ese arroz con mango que es la derecha opositora, con fascistas y golpistas como Borges y Rosales disputándose las migajas de un 15% ó 20% del electorado no va para el baile, en el mejor de los casos, lo que evidencia es la gran pretensión golpista de todos ellos, quienes buscan un segundo aire después de las contundentes y fulminantes derrotas políticas, sociales, militares de 2002, 2003 y 2004.
Ya todos sabemos lo que va a pasar: sea Borges o Rosales el supuesto abanderado de la mal llamada oposición, van a retirarse sin llegar al final, esa es la estrategia mil veces denunciada por Chávez. Lo que se busca es subvertir el proceso electoral, tratar de minarlo, mover el paramilitarismo y el sicariato colombiano –su fuerza de choque interna– porque carecen de fuerza y apoyo popular. Por eso la renuncia de Teodoro no sorprende a nadie, ya veremos el efecto dominó de la misma. Chao, Teodoro.
(caracola2006@cantv.net)