Cuando uno de los señores del CNE, Vicente Díaz, dice que “Sólo el que lo desee puede utilizar las capta huellas”, está incitando al delito y eso debe ser penado. Él no está ahí para quebrantar las leyes electorales. No es dueño del CNE. Es un rector y los rectores respetan las reglas del juego, Díaz, evidentemente un acólito de la OPOSICIÓN está haciendo lo mismo que hacen los compradores de oro, joyas, euros y dólares cerca de LAS DOS ALCALDÍAS carabinas: está haciendo apología al delito.Hace poco escuché a dos jovencitos como de 15 a 16 años, cuando pasaban por el lugar decirle uno al otro, mientras se detenían a observar a varios compradores de oro de ese bulevar: “Que talco Richard, ¿por qué no le aplicamos un arrebatón a una de esas mujeres que andan por aquí y quemamos eso con estos tipos?” El otro hizo silencio por un momento y luego ripostó: “Sí va…”Me quedé loco, pues no pude explicarme como a esos señores compradores se les permite tal libertad, cerca de dos entes muy emblemáticos de Caracas Algo hay que hacer con rapidez.
Nos estamos dejando encaramar la indeseable carga de la anarquía, el vivalapepismo y el delito, aderezado por la falta de carácter de quienes están encargados de velar por la justicia. Y en eso están cumpliendo sus tareas los desestabilizadores. Quieren el caos social. La anarquía. Cosas veredes, querido Sancho. Uno ve cualquier página de equis periódico y ahí están ellos: Rosales, Borges, Leopoldo López. Todos GOLPISTAS, TODOS se evacuaron en el alma del pueblo aquel 11 de abril de 2002 y, ¡carajo, Sancho, hoy hablan de democracia, de paz, de libertad, de DAR FELICIDAD, ¿qué vaina es esa, amigo dil mio cuore? Rosales EL GOLPISTA se ríe del país, del pueblo, de la REVOLUCIÓN, Sancho y uno no puede más que aguantar, Sancho, aguantar y anhelar vainas, que nos estrujan el pecho. Y lo peor, ROSALES habla con arrechera, con ira. Se ve que de tenernos bajo sus botas, no la pasaríamos muy bien, porque está enfermo de odio. Odio contra el pueblo que le defenestró a su “presidente”, aquel con el cual rió en Miraflores, mientras las cadenas de la libertad comenzaban a cerrar sus aros, persiguiendo al pueblo soberano en tan corto espacio, humillando al ministro y a Tarek, disparando contra la gente en El Silencio, allanando, buscando para matar, a quienes sólo estaban anhelando su inclusión dentro del aparato social, del cual lo excluyó la plaga Adeca , Copeyana, cuando se hicieron con LA REVOLUCIÓN PATRIÓTICA DE 1958. López el sifrino que se encaletó los dólares de PDVSA que le birló su mamá a la empresa, se ve rodeado de jóvenes, el sinvergüenza, y los padres de esos muchachos, ¿qué? ¿Avalan que un delincuente les esté mintiendo a sus muchachos?
Pobre pueblo triste, cuando los delincuentes enseñan leyes. No existe nada más inmoral que creer en la vestimenta de los hampones. Por dentro llevan la planificación de maldades, de crueldades, de inmoralidades, y por fuera la brillantez de una vestimenta, la sonoridad de una voz que exhala “ternura” cuando en verdad lo que está elucubrando es mierda. Ninguno de ellos tiene capacidad moral, para hablar de DEMOCRACIA, porque la DEMOCRACIA es gobierno del pueblo y no de los choros, de los delincuentes “tapa amarilla” de Primero Justicia. Pobre pueblo del Este, cuando los asesinos de sueños, son los modernos Esopo de coleto, que limpian las calles con sus hijos. Estamos seguro que el pueblo, el humilde, el pueblo trabajador, el pueblo honesto los defenestrará y creará a corto tiempo, una inmensa cárcel, para los Borges, los Teodoro, los Radonskis, las Lilianas, las Marianellas, las Ibeyises, los Granier, los ROSALES, los Cisneros, los Bravo, las Zago, los Ravell, los CABEZA DE MOTOR, los militares traidores y los fedecamaristas explotadores, los transeúntes macabro de Altamira. Los mantuanos, los fascistas, los MOJONES pro gringos de SÚMATE, QUE IRRESPETAN que aún creen que el pueblo en su mayoría es idiota y que les va a dar su voto. El castigo más grande que debemos darle a estos Satanás del odio, del golpismo, de la jauría sádica, es obviarlos, segregarlos al pozo séptico, adonde ellos siempre han deseado introducirnos a nosotros. “Ni un voto para los indignos”
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