La paz es una victoria virtual,
muda, continua, de las fuerzas
posibles por encima de las
codicias probables.
Paul Valery
La página digital de "ESPN deportes" presentó de manera relámpago, una gráfica de seis peloteros venezolanos; al verla me llamó poderosamente la atención –soy un asiduo lector de ese medio informativo– a la media hora, cuando trato de buscarla nuevamente, me sorprendo, no la consigo por ninguna parte; utilizo la opción de búsqueda, y el resultado fue nulo. En la tarde, cuando ingreso al "Facebook" me encuentro un video con los seis compatriotas, figuras del béisbol estadounidense, entre ellos destacan: Miguel Cabrera, y Omar Vizquel, a quienes admiro por sus excelentes cualidades para el béisbol; Miguel, un privilegiado al momento de empuñar el bate, y además superó la adicción al alcohol; Vizquel, un fuera de serie en las paradas cortas; candidatos al "Hall de la fama" sin ninguna discusión, los números son los principales testigos para ingresar a Cooperstown.
Al escuchar detenidamente el video, para enterarme de sus declaraciones, no me quedó ninguna duda de la injerencia de los Estados Unidos, en la arremetida terrorista contra nuestro país. Los seis, y otros que se han expresado de manera separada, han seguido el mismo libreto de la MUD, y la asesoría de los medios imperialistas. Se nota de manera muy clara, la preparación de la escena para hacerla llegar a nuestro país, sabiendo la cantidad de aficionados a la pelota, quienes además siguen, como sumo interés la actuación de nuestros coterráneos, en lo que llaman el mejor béisbol, para mí el más comercial del mundo.
Nada de esto me sorprende, estoy muy claro en el comportamiento de estos venezolanos, cuando logran destacar en las grandes ligas; los dólares atraen tanto, que difícilmente escapan al efecto publicitario de los grandes medios de comunicación, y las inmensas corporaciones, socios indispensables para el sostén de los equipos del béisbol norteamericano. Lo lamentable, y triste, es la manera, como son utilizados mientras sirven a los intereses comerciales en la tierra del "tío Sam". En nuestro país, la gran empresa "polar" es un imán para atraerlos y presentarlos, para publicitar de una manera muy subliminal sus productos en el mercado nacional, y más allá de nuestras fronteras, empezando por las espumosas, nunca faltan en el más apartado rincón del país.
Es increíble, como el poderoso del norte: EE. UU, envuelve la manera de pensar de todos aquellos, que llegan a realizar cualquier actividad, y empiezan a ver los dólares; ejemplos hay muchos el más reciente: Gustavo Dudamel, sin pensarlo dos veces, presentó un artículo cuestionando al gobierno venezolano por enfrentar a los guarimberos, pero, por ninguna parte llegó a tocar la violencia desatada por un sector de la MUD.
Estamos conscientes, a nadie se le puede imponer la manera de pensar; cada quien es libre para emitir sus opiniones, pero la responsabilidad por defender la paz– por no decir patria, incomoda a más de uno– es una tarea urgente. Nadie puede entender las locuras de los últimos días; el caso del joven–en el este caraqueño: Altamira– a quien vimos convertido en una antorcha humana por las manos criminales de los terroristas, apoyados por la derecha fascista, y el silencio cómplice de la CEV, no es, como lanzar una pelota, quebrar una vidriera y echar a correr, evadiendo la culpabilidad. Todos tenemos una inmensa responsabilidad de luchar por la paz, el gran anhelo de la humanidad. ¡Agarren esa pelota!
