El hecho de que participen en las elecciones, no convierte a los mantuanos oligarcas en unas palomitas inofensivas, sin más objetivos que participar en las elecciones y aceptar el juego democrático. El hecho de que por ahora los lacayos del imperio hayan aceptado ir a las elecciones, no los convierte en demócratas. Quien así piense será su autosepulturero, y además llevará al pueblo a una frustración inmensa.
Estas elecciones no son las de una directiva en un club social, que puede ser regulada con reglas cándidas y tontas. Lo que está en juego es de mucha monta para andar con reglitas prohibiendo un color, o hablar mal de los candidatos del imperio. Las elecciones son una fase de la cruenta confrontación entre enemigos irreconciliables: los pobres, preteridos durantes siglos, y los mantuanos oligarcas, que ven en peligro su sistema de privilegios causante de la miseria de las grandes mayorías. No hay tregua, no hay armisticio.
Los mantuanos oligarcas no son democráticos, nunca lo han sido y nunca lo serán. Ellos rompen todas las reglas con tal de mantener sus privilegios y su sistema de castas, donde unos lo tienen todo a costa de que las mayorías no tengan nada.
Hoy están participando en las elecciones, pero no han renunciado a su objetivo principal que es truncar la Revolución Bolivariana y salir del Comandante Chávez. En nuestra cara festejan la fuga de ortega y de los militares antipueblo y antipatria. En nuestras narices dicen que no creen en el CNE, van a unas elecciones guardándose en la manga la carta de cantar fraude o de retirarse cuando les convenga. Y nosotros, con candidez infantil, caemos en el chantaje de no irritarlos para que participen. Mientras tanto, avanza el plan desestabilizador y golpista.
Y, lo que es peor, sus voceros lo dicen abiertamente. Un ejemplo es el renegado carlos blanco, vocero mantuano, que plantea de forma descarada en su artículo del domingo 20: si hay movilización se puede participar y después pedir conteo manual y presionar para que se reconozca el triunfo, es decir, la vía ucraniana… pero, si no hay movilización, se plantea la abstención. Más claro no pueden estar las intenciones de los mantuanos oligarcas. Si alguien duda, blanco concluye textualmente: “lo que va a ocurrir depende del proceso, nada está jugado en forma definitiva”. Es decir, los oligarcas se moverán de un lado a otro de la línea democrática, dependiendo de la fuerza que logren acumular: si es mucha serán demócratas, si es poca se van al golpismo.
Los bolivarianos debemos estar alerta: con una mano ir construyendo los diez millones de votos, y con la otra preparando la respuesta a cualquier aventura de los oligarcas.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡Son diez millones!
¡Chávez, Fidel y el ALBA, son Socialismo!