Para empezar el plebiscito que pretende realizar la oposición venezolana el domingo 16 de julio no tiene nada de nuevo. Ya había sido usado una única vez en Venezuela en el año 1957. ¿Por quién? Por el dictador Marcos Pérez Jiménez. Varias décadas después fue usado también en Chile (1988) por el dictador, Augusto Pinochet. Qué casualidad!
Ambos plebiscitos fueron derrotados como lo será también el que pretende organizar la derecha Venezolana. Nuestros aspirantes criollos a dictadores escogieron un mal precedente que será ignorado por el pueblo. Se vuelve a confirmar que políticamente son torpes e incapaces. En buen criollo, son unos “bate quebraos”.
Como mecanismo de consulta al pueblo, el plebiscito NO EXISTE! No está previsto en nuestra Constitución, algo bastante sospechoso pues la oposición está diciendo como línea discursiva para contraponerse a la Constituyente que ellos si defienden la actual Constitución. Qué raro. Cuando Chávez llamó a referendum en 1999 para aprobarla ellos se opusieron y votaron por el no. Ahora que se convirtieron en sus “defensores” no solo niegan la Constituyente que está claramente prevista en los artículos 347, 348 y 349 de nuestra Constitución sino que ahora se inventan un “plebiscito” que ni siquiera como palabra aparece en el texto constitucional. ¿Qué es esto?
Se trata, nada menos y nada más que de una desesperada y peligrosa cortina de humo con la cual intentarán legitimar-encubrir las acciones terroristas que pondrán en práctica a partir de ese día, buscando una milagrosa recuperación de las calles que ya perdieron. La inmensa mayoría del pueblo venezolano como lo dicen todas las encuestas rechaza tajantemente la violencia terrorista con la cual han llenado de zozobra el día a día de los venezolanos desde hace varios meses.
La desesperación de la “propuesta” si es que puede llamarse así, queda clara por la manera improvisada como la presentaron al país. Un julio Borges leyendo su discurso como amargado tribuno con una coral de la “unidad” a sus espaldas que se parecía más a una misa de velorio. Para remate y contraste se les ocurrió hacer su “actuación” en una sala de teatro cuando se sabe que hasta para representar un pequeño sketch se necesita ensayar por lo menos un poquito. Es lo que en términos profesionales se llama seriedad, algo que la derecha venezolana no sabe que significa.
Pero la farsa y la burla de esta gente no paran ahí. El plebiscito lo están vendiendo como una “consulta democrática” cuando en realidad no pasará de una mala, tendenciosa y manipulada encuesta que estará dirigida y controlada por ellos mismos. Esta encuesta chimba en el mejor de los casos abarcará a unos miles de venezolanos tal y como lo reveló Jorge Rodríguez en entrevista con el periodista Vladimir Villegas. En contraposición a esa fraudulenta encuesta el universo de los venezolanos habilitados a votar este 30 de julio (de manera libre, secreta y universal), será de varios millones de personas según los datos del CNE. ¿Qué tal? Una “pequeña” diferencia.
Sin embargo esta maniobra conlleva algunos peligros que no debemos desestimar como quedó revelado en el discurso que dio este 5 de julio en la Universidad Internacional de Florida (EEUU), el diputado Juan Requesens (Primero Justicia). Dejando la incógnita sobre el tipo de acciones que llevarían a cabo a partir del supuesto plebiscito; este diputado abiertamente golpista enfatizó que no pueden permitir que se llegue al día de la votación de la Constituyente (30 de julio) “sin que haya una paralización absoluta de la vida cotidiana de la gente”. Es decir, Requesens nos promete más y más acciones terroristas sin ocultar que el objetivo de ellos es “agudizar la crisis” para promover un escenario de ingobernabilidad hasta que llegue la “hora cero”. ¿Y esto qué significado tiene para estos señores? Aumento de la escalada de violencia e intervención militar extranjera tal y como lo supo decir este diputado con sus propias palabras: "Para llegar a una intervención extranjera tenemos que pasar esta etapa de violencia ¿o no? Eso está claro”.
Por lo tanto todos los venezolanos y venezolanas que se sientan patriotas, sin importar su posición política, deben denunciar el carácter golpista e intervencionista de esta maniobra opositora que en nombre de la democracia y la libertad pretende propiciar un macabro baño de sangre entre hermanos de una misma tierra. Además es bueno recordarle a estos falsificadores de encuestas las palabras recientes dadas por la rectora Socorro Hernández: "Quien propicie consultas sin el CNE usurpa funciones y será penado".
NO al plebiscito golpista, instrumento de las dictaduras
SÍ a la CONSTITUYENTE, instrumento de los Pueblos