El espécimen de Julio Borges, y lo que hay detrás de las sanciones económicas

Julio Borges acaba de justificar las sanciones económicas de Los Estados Unidos a Venezuela; es pillado en falta, y en la huida acusa al gobierno de traidor aprovechando todo el espacio que le ha ganado a la revolución desde el asesinato político y físico de Chávez ¿Cómo se explica este aparente disparate político? Dice el pícaro de Julio Borges, “Traición a la patria es lo que está viviendo Venezuela (…) No hay gasolina, no hay comercio ni producción, usted (Maduro) destrozó la convivencia en el país” … "Este gobierno lo que ha hecho es robarse el dinero y el futuro de los venezolanos (...) Cada dólar que este gobierno se roba es un niño que deja de tomar un vaso de leche, un anciano sin medicinas o un productor sin insumos" … “el éxodo de venezolanos se da por el aumento del costo de la vida, con altos niveles inflacionarios y de inseguridad desde que Nicolás Maduro asumió el poder hace cuatro años.” El cinismo de la derecha, que actúa afuera del gobierno, y representada en sus declaraciones, es antológico. Julio Borges habla como si realmente le preocuparan los niños que no pueden tomar un vaso de leche, habla de la inflación y de todos los males del capitalismo como si él y la clase que representa fueran inocentes y no alentaran todo lo malo.

Julio Borges es un componente principalísimo de la propaganda de guerra y de la guerra misma contra el chavismo, es decir, todos los Julios Borges están detrás del saqueo, del robo, su perfume se lo huele cuando hay desprecio por la gente, donde hay un pobre está su marca, en la manipulación y la mentira; nadie los iguala en la adulación y humillación al amo imperial, en la traición tampoco. Julio Borges representa todo lo que yo más odio en esta vida, y no es nada personal. Pero ese endemoniado monigote, por ese servicio de representación hace más mal que si fuera el corresponsable directo o material de todos los problemas que hemos acumulado en estos últimos cuatro años.

Sin embargo no cabe duda que este gobierno es responsable de traición, al abandonar a su pueblo. Solo que, si Borges lo declara públicamente se nos confunden las cosas. Y NO por robarse ningún dinero, como dice esta marioneta del imperio, sino por haber el gobierno entregado, en nuestras marices, los beneficios de la renta y nuestras reservas en divisas (patrimonio de toda la sociedad) a los mismos empresarios ladrones con prontuario, es decir, a los amigos del traidor Borges – ahora se hacen los pendejos y se confunden, unos con otros… Cuando pienso en “especímenes”, no hay bicho más horrible y dañino que todo aquel que se parezca a un “Julio Borges”-.

¿Con qué moral –como se suelen decir los justos- se acusa desde el gobierno, a un Julio Borges de traidor? Es para que lo pensemos bien, “El niño que es llorón –los capitalistas que se esconden detrás del parapeto “Julio Borges”- y la padre que lo pellizca –Maduro, que le tiende la mano y los dólares y las ventajas para que hambreen al pueblo”. No puede ser que a estas alturas Nicolás Maduro siga justificándolo todo con el cuento de la “Guerra Económica”, distinta a las formas de actuar del capitalismo, como una urticaria nacida por generación espontánea, o una locura producto de la simple maldad de algunos seres inescrupulosos. No puede ser que Él no sepa que son los capitalistas quienes están por detrás de Borges, que no sepa que Borges los representa, aquí y en cualquier otro lugar donde se encuentre su especie, y no sepa que esa forma de domeñar a la gente es lo propia del capitalismo. No puede ser que Nicolás Maduro sea tan ingenuo.

Y no lo es, eso es lo más triste de todo. Se trata de un juego de complicidades. Ingenuos somos nosotros, si creemos en su inocencia, son cuatro años de connivencia con Mendoza, Cisneros, y un capitalismo embustero, oportunista y ladrón. Tampoco se trata de algo personal contra de Maduro “el hombre”. Pero “el presidente” sí comparte honores con el Julio Borges de ser ambos individuos de la misma especie de traidores: uno, al comandante Chávez, al socialismo y al pueblo chavista y el otro, al país, el cual abarca todo lo anterior. Los dos representan en sus prácticas políticas socialdemócratas los intereses de una clase social y sus formas de vida, sus creencias y deseos, sus prejuicios, codicia, el arribismo, la mentira… ¡Nada personal contra el hombre!, nuestra pelea es contra todo lo que él representa de cara a la sociedad. El hombre es solo un ser voluble, que para crecer como líder debe luchar día a día con sus miserias gregarias, enfrentarse al “sentido común” pequeñoburgués, y si no lo hace, degrada (degrada al monigote, que seremos todos si no luchamos, o sea, degradaremos a instrumentos de la sociedad capitalista, pequeñoburgueses simulando ser “socialistas”).

Pero hay que ser optimistas. Toda crisis es una oportunidad de cambio revolucionario. Detrás de las sanciones económicas hay un desengaño, y esto es bueno: por fin le apareció el lobo a Pedrito el embustero. El país se descompone en pedacitos, pero esto es una buena oportunidad para el análisis. Ahora sabemos que los bancos hacen lo que quieren con nuestro dinero independientemente de lo diga SUDEBAN y lo que decrete la ANC; que la ANC no puede a decretar la revolución; que Estados Unidos sí que es poderoso frente a los “coqueteos capitalistas” de los “socialistas” de palabritas, y saben que mienten, y por eso lo quieren todo; que el enemigo hace vida dentro y fuera del gobierno; que, muerto Chávez cada quién hace hoy lo que le da la gana; que un discurso huero, vacuo, vacío no sustituye nunca a la realidad; que todos los discursos de Maduro y de Delcy son hueros; que Cisneros no es amigo de nadie, tiene paciencia y espera tranquilo la caída de Maduro; que el miedo a criticar de los chavistas es tan grande como el miedo a que los critiquen; y que si desaparece Julio Borges otro lo sustituye igual y mejor; hoy sabemos que la “Guerra económica” es lo más natural dentro de la conducta capitalista, y que para vencerla hay que acabar con el capitalismo y no con Julio Borges, con Guevara o con los bachaqueros; y que la revolución es acción revolucionaria, no un deseo y un discurso encendido; que el diálogo es entre chavistas, exiliados o no, con socialistas y no con el enemigo, por más violento que sean sus chantajes… ¡Ah!, y que no se debe bailar mientras la gente pasa verdaderas necesidades, porque atrae desgracias para el bailarín.


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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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