Por temor a los efectos demoledores de la onda expansiva de los comicios del 15 de octubre, así como tener que aceptar instrucciones de Washington y sus gobiernos títeres, esta vez los escuálidos repetirán el error de no contarse en la elección de Alcaldes y Concejos Municipales. Siendo este el panorama observable, ¿por qué dudar que sean como los sueño de opio esperar que prospere el acuerdo que gobierno y oposición cocinó clandestinamente en Santo Domingo? De modo que por los vientos que soplan, no existen motivos para que se pueda pensar que se hará extensiva P la tensa calma que rodeo al evento del 15 de octubre, pues ambos actores solo hicieron un paréntesis con el propósito de ganar, ganar; y de esta forma anotarse puntos con miras a futuras jornadas.
Sin pecar de pesimista o profeta del desastre, se respira en el ambiente que el imperialismo y sus lacayos no están dispuestos a bajar la guardia, que agitación callejera, bloqueo financiero e inflación inducida serán las armas sucias para enrarecer el clima y preparar el terreno para justificar sanciones macabras, que incluso podrían pasar por una ocupación militar, conato de guerra con Colombia o Guayana y pare usted de contar. Así que no hay que andar pintándose pajaritos en el aire soñando que vendrá "un lindo amanecer", pues las trasnacionales occidentales son capaces de cualquier acto criminal, con tal de apropiarse de nuestros codiciados recursos naturales.
Por otra parte, no debe perderse que la derecha internacional no le conviene que se produzcan tantos eventos electorales tan seguidos, porque con ello se derrumbaría la artificial matriz de opinión, según la cual el país está gobernado por un dictador. Por el contrario, 22 elecciones han sido nuestros mejores aliados ante los ojos del mundo, pues se necesita ser bien obtuso para no reconocer que hoy Venezuela se presenta como una democracia de alto voltaje. De manera que podemos ir apartando nuestras butacas, porque no está lejano el día que veamos a cualquier mal entretenido plumario escribiendo el epitafio de la MUD. ¿Verdad que en política los errores se pagan muy caro?
