Mi palabra

Ramón Aveledo, defensor de los guarimberos

"Sólo cuando desaparece el Ego

y surge la conciencia

podemos pensar con el corazón".

Anónimo

El pasado miércoles en la página de opinión del diario "Ultimas Noticias" apareció un artículo, titulado "Alfredo Ramos" su autor Ramón Guillermo Aveledo. En ese escrito, emite una protesta, y a la vez se solidariza con un auténtico guarimbero, el cual convirtió a la ciudad de Barquisimeto en un campo de batalla por más tres meses, llevando a la ruina a miles de comerciantes, y a la vez paralizó todas las actividades, haciendo muy difícil el diario convivir de una población, que, en los últimos años, ha sido blanco de cuanto acto de violencia, y vandalismo se le ha ocurrido a la oposición, agrupada en la fallecida MUD.

La defensa mostrada por el militante socialcristiano Ramón Guillermo Aveledo, con muchos años en la política, quien se paseó por varios curules parlamentarios, en los cuarenta años de la democracia representativa– AD y COPEY– siempre al servicio de los poderosos, nos enseña, como estos señores, siguen con una obsesión incontenible de recuperar el poder, a como dé lugar, sin importarle la suerte de millares de compatriotas, para terminar revolcándose en el fango, donde se deleitan los enemigos de la paz.

Al leer el escrito por demás desabrido, nos demuestra una solidaridad, totalmente desquiciada, permitiendo conocer a profundidad un personaje, el cual llegó a ocupar la presidencia de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, y todo el tiempo ha estado ligado a empresas públicas, y privadas, pero además fue el promotor de la MUD, y secretario ejecutivo de dicha organización, quien al ver, como se podría la mesa, renunció al cargo, para mantenerse prevenido, esperando la mejor ocasión–como buen oportunista– para presentarse a reclamar su cargo. Para bien del país, su deseo se viene evaporando, como el agua con los fuertes veranos; sus defendidos han fracasado, y algunos se encuentran presos, como manda la ley, en un país libre, y democrático, pero con una constitución para respetar.

Lo más triste de esos señores, cuando asumen el rol de amparadores, es la forma tan infantil, como argumentan, provocan risas; transcribo textualmente, parte de su ridícula defensa, por no decir otra cosa: "Alfredo es un preso de conciencia. Ha defendido sus ideas cívicamente: en democracia, dentro de la constitución, sin usar ni promover violencia" más adelante el profesor Aveledo, quien ostenta un currículo muy llamativo, y con más libros en su haber, que una biblioteca sin lectores, termina con lo siguiente: "Fue inicuamente detenido en su despacho y despojado del cargo edilicio que le confiaron los ciudadanos del Municipio Iribarren, la capital de Lara. Su prisión ignominiosa ofende a la conciencia democrática venezolana. Debería estar en libertad".

Todo lo desparramado en ese párrafo, es un verdadero despropósito, solamente creíble por el señor Aveledo, y algunas personas del entorno del acusado, y, como decía un fallecido revolucionario Juan León Bazán, cuando se encontraba al frente de un farsante tan ponzoñoso, como este: "Te voy a creer, para que no te pongas bravo" Solamente al decir: que el guarimbero Alfredo Ramos, ha defendido sus ideas cívicamente, permite pensar: lo fácil de hacer el ridículo, cuando se habla o se escribe, tergiversando la verdad, haciendo el papel de cómplice, y eso lo sabe muy bien el señor Guillermo, por su condición de abogado, y como si esto fuera poco, profesor de derecho en una universidad de la capital.



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Narciso Torrealba


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