La noticia corrió como pólvora. Por tan solo entregar el fuco, hierro, chopo o cualquier tubo que eche fuego, el que dijo que va a mejorar la inseguridad, te retumba por el pecho, no con uno, sino con cinco palos constantes y sonante. Con razón esta mañana en las pulgas cuando entraba a realizar mi programa de radio, el carretillero que vende aguacate cándidamente me preguntó: ¿hajá doctor y cuanto me darán por este cacho?
Así de simple y segura es la política de seguridad que hoy le ofrece al país, quien aquí en el Zulia se ha caracterizado por tener a la policía regional armada hasta los dientes; pero de ladrones, sicarios y secuestradores; sino que se lo pregunten a los familiares de la niña Dibrino, quien lamentablemente murió ahorcada por uno de los oficiales de la policía secuestradora de Rosales.
Manuel ofrece cinco millones por cada arma que tenga un venezolano, pero si a ver vamos y si sacamos bien las cuentas, él debe comenzar con los zulianos, por que aquí todo el mundo anda calzao y mosca contra los ladrones y policías, que con mucha seguridad dirige López Sisco y sus compinches. A este candidato se le explaya la jeta diciendo que cuando sea presidente va a crear un consejo de seguridad; pero aquí en el Zulia, en el tiempo que lleva de gobernador, nunca le a agarrado consejo a la Guardia Nacional, al CICPC, al Ejercito, Fiscalía y mucho menos al Defensor del Pueblo, quien lo tiene acosado y acusado por complicidad manifiesta de su policía, en casi todos los delitos de secuestros, robo y sicariato que se producen en la región.
El gobernado va a Caracas, se pone el disfraz de candidato y como en los viejos tiempos nos pone manos arriba, con el anuncio de intercambiar cañones por millones; eso sí, después de provocar el desmantelamiento del comando anti secuestro (CUA), ya que todo los cuerpos policiales de ese comando tienen profunda sospechas de estar infiltrado por los delincuentes que acompañan a Rosales en su policía.
Rosales saca mal las cuentas, cuando no son los cobres que le mete a sus fincas allá en Santa Bárbara; y a decir de Jesse Chacón, en el supuesto negado de ser presidente, al gobernador, los reales no le alcanzaran, ya que un hierro cuesta un millón y él lo comprará por cinco. Por eso en las pulgas todo el mundo cuenta y comenta que es mejor negocio llevar al comando policial, el revolver, pistola, escopeta o lo que primero dispare, que estar gritando todo el día: ¡dos aguacates por mil!, ¡dos aguacates por mil!. De allí, que por aquí lo están esperando como caimán en boca é caño pá gritarle: ¡Manuel, te cambio el fuco!
