Ora advierto al dilecto lector ora a la dilecta lectora, que yo suelo asumir lo bueno y lo malo que desde mi modesto punto de vista observo y que no sea necesariamente veraz ni falso sino lo contrario, que al menos procuro abordar tanto lo uno como lo otro con la misma característica seriedad; es decir, que no dejo espacio vacío para la chacota.
O sea, que a veces yo le echo plomo a la revolución y otras veces a la oposición; aunque a decir verdad neutral no soy sino del bando chavista convicto y sinfeso; de ninguna manera soy ni seré del bando de Capriles porque, ¡zape gatus!, del bando de Capriles son los petimetres lechuginos y lepidópteros; mas, en esta ocasión intento ser imparcial en mis reflexiones.
Y es que mientras Maduro se la pasa conduciendo un tremendo autobús Yutong nuevecito; en cambio, Capriles, que presumía de conductor del "autobús del progreso", no dio la cara ni la da al frente de ese bicho, por lo que en tanto mal pensado, supongo que ese bicho tiene los cauchos espichaos, que quizá bota la velocidad y hasta tenga el tubo de escape esfaratao y, en consecuencia eso entraña una derrota la que sumada a la pérdida de la presidencia de la República, tanto confrontando a Chávez como contra Maduro y para colmo perder ahora la gobernación de Miranda, todo eso conforma un rosario de derrotas que resumidamente cabe en acepción como un derrotero.
Siendo que el compatriota Capriles fungió de máximo líder de la MUD puesto que fue más de una vez su candidato presidencial y ahora está defenestrado debido a sus ejecutorias nada transparentes, es de concluir que el inmenso capital político y económico invertido por la MUD en su figura, se fue por una cañería, y ahora le toca a la MUD recomponer su camino, empezar de nuevo a buscar a otro líder, lo que luce cuesta arriba a lo Sísifo.
Luego, mientras Maduro anda orondo conduciendo victorias, victorioso; en cambio Capriles anda de derrota en derrota, fracasado, con un derrotero a cuestas pero que en breve él se desentenderá y le dejará el peso encima a la MUD.
Capriles anda como un ídolo roto al que su propia gente le da con los pies a cada uno de sus pedacitos; la MUD pareciera cocinarse en su propio caldo de odios; ¡nido de serpientes!
Y, es que Capriles, aunque sea flaco, cae más pesado que el ¡plooomooo!; pero, entre malagradecidos no hay misericordia, MUD es autodestructiva, así que, ¿para dónde va a coger con esa pata hinchá?
¡Para Miraflores ni de vaina!