La palabra de un hombre debe ser respetable hablada o escrita y cuando no es así, hay una problemática; es el caso, lo de la flamante Asamblea Nacional En Desacato -ANED-, el pandemonium o acaso el pandepiquitum flor y nata de lo mezquino a que puede cotizarse una sílaba siquiera, que no una palabra y menos una frase como "unidos hasta que la muerte nos separe"; y es entonces que los adecos, que se mimetizan más allá o más acá de las siglas AD, por ejemplo como UNT y ETC también, le dan un palo por la cabeza a moros y cristianos, con tal de figurar, de alzarse con en el coroto reminiscencia de otrora.
La Juventud (del Siglo pasado) adeca está chinga por silbar y dispone darle un palo por la cabeza a la MUD para ella, AD-Juventud, quedarse encabezando a la oposición y eso no es cuento porque, por algo ostentan cuatro gobernaciones, que en año electoral no es maloso. Una vez defenestrada la MUD, entonces AD pudiera ser el foco de atención de un significativo sector social y político; es por lo que aunque los adecos hacen vida en dicha MUD pernoctan en sus aleros, pendientes del terremoto que se les viene encima, y no caer aplastados bajo el peso de tamañas barbaridades que, por cierto, ellos mismos atizan.
Tengo entendido que dentro de la MUD cada quien anda con un puñal escondido debajo de una ramita de olivo.
Patriotas cooperantes que cohabitan en ese fango -ANED- y, no sin dispensar peloticas de naftalina para medio soportar ese enrarecido hábitat, aseveran que la desempolvada octogenaria joven promesa juvenil adeca Henry Ramos Allup, ¡aaachis!, se parece a un pulpo prestidijitando, dando órdenes a diestra y siniestra a sus camufladas fichas y, de paso, poniéndole la pata en el pescuezo a petimetres lechuginos malvivientes cromosómicos aliaschúos maríalalokas y etc.
¡Qué mefistofélico es el joven Kmello adeco!