A las puerta del ambulatorio de Domitila Flores llega la madre con el chamo volando en fiebre, sale la enfermera, la hace esperar y en su desesperación lo primero que atina ver es el afiche del candidato con el lema de los chamos de calle trece; pero ella solo recuerda a Juan luís Guerra, porque sabe que ha comenzado a pasar el Niagara en bicicleta.
Así anda la salud en la red ambulatoria de la gobernación del Estado Zulia; mientras tanto don chuleton se desgañita explicando el novedoso “plan nacional de salud”, que pondrá en práctica, no en la gobernación, debido a que ya no hay tiempo, sino en la mismísima presidencia de la república del nunca jamás, que obtendrá con el 20% del que habla Teodoro.
Manuel tiene un plan de salud y que nadie se equivoque, ya aquí en el Zulia los sectores populares lo han probado y para muestra allí está el botón del desastre que representa el Hospital General del Sur de Maracaibo, donde el candidato de la salud le entregó a la empresa privada dicho hospital, adelantando desde ya la “nueva gerencia” de estos modernos José Gregorio Hernández, que “asépticamente” administran los millardos aportados por el Estado, y donde no se encuentra una curita ni pá remedio.
Con Rosales no hay barrio adentro que valga, porque sus médicos son “muy bien pagados”, y si salen jubilados o quedan pensionados, el Sistema Regional de Salud, como ejemplo de lo que hará su hipotético e hipocrático gobierno nacional, le mete el bisturí a los recursos asignados para el pago de dichas jubilaciones y pensiones, y los utiliza en “obras importante”, dejando a los galenos y sus reivindicaciones en cuidados intensivos.
Manuel “chuleta” Rosales, también se copio este programa; pero con “ideas nuevas” y sin la menor idea, de cuantos puntos del Producto Interno Bruto (PIB), le aplicará sin anestesia al “original” programa en cuestión. Que nadie convulsione con esta oferta saludable, de quien se fue a operar la nariz allá en Miami, porque el imprimido candidato también les dio tranquilidad a los pobres, al anunciar que los médicos cubanos los traerá para su programa, pero los de la gusanera del norte.
En fin con Manuel y sus propuestas de salud todos debemos quedarnos quietos como si nos fueran a operar, ya que después del 3 de diciembre con la paliza que le va a dar Chávez, lo más saludable seria llevarlo al Centro de Diagnostico Integral, del barrio chino Julio, que allá al menos árnica le aplicaran, para que al asumir de nuevo la gobernación, goce de buena salud.