"La verdad del hombre empieza
donde acaba su propia tontería.
Pero la tontería del hombre es inagotable».
Antonio Machado
En medio de todas las escaramuzas por las que ha pasado nuestro país, siempre ha estado presente la mala intención de la oposición venezolana, aprovechando los errores del gobierno–sobre todo en materia económica– muchas veces al tratar de buscarle solución, a miles de problemas propios de una sociedad capitalista, como la nuestra. Siempre he mantenido: el grave error del Comandante Chávez, fue pregonar como un decreto el socialismo, dándole argumentos suficientes al enemigo para el ataque, con expresiones muy sencillas –si esto es el socialismo, me quedo con el pasado– antes lo que estamos viviendo, cuando la verdad es muy clara: nunca hemos salido del capitalismo, y menos de las pretensiones de cuanto gobierno se instala en los Estados Unidos, al pasar de las amenazas a la intervención directa en los asuntos internos, con las sanciones, y el bloqueo económico, aprovechando la dependencia tecnológica, hasta crear una situación sumamente peligrosa con el dólar paralelo, la verdadera guillotina contra la economía venezolana.
Nadie se imaginaba la situación que estamos viviendo; ni siquiera los incitadores al guarimbeo, esperaban está asfixiante inflación, el cual modifica los precios de productos esenciales para cualquier ser humano, en cuestiones de minutos. La desintegración de las guarimbas, y el enfriamiento del aparato generador de la violencia, tiene algo que ver con el impacto de este caos económico. Son muchos los dirigentes, que hasta hace poco se sacudían, como gallos cantando de madrugada y ahora andan deambulando, totalmente desorientados, a veces, buscando la explicación a la grave situación, el cual atropella a todos por igual, a pesar de los esfuerzos del gobierno, y el Presidente Maduro.
La situación económica amerita, y pide a gritos medidas urgentes, para hacerle frente a la voracidad de los comerciantes. Por la otra parte se ha presentado un problema por demás preocupante, y tiene que ver con la parte subjetiva del individuo: la conciencia. Nadie puede entender que la desidia, y el abandono se haya apoderado de instituciones del estado venezolano, y muchos trabajadores, y funcionarios públicos actúan, como si estuvieran en un patio de bolas. He visto en el principal centro de salud del estado Portuguesa: el hospital central "Jesús María Casal Ramos" de Acarigua-Araure, en un pasillo, una papelera totalmente cubierta por escupitajos de chimo; nadie me venga a decir, que es por culpa de los bajos salarios. La oposición le fue enseñando al pueblo, atentar contra las infraestructuras pertenecientes al estado, como si ahí, están las causas de los males. Todas esas acciones las iniciaron, cuando de manera malévola, incendiaron, y destruyeron instituciones, creyendo que estaban haciéndole daño al gobierno, cuando los grandes perjudicados eran ellos mismos.
Ahora, en medio de la profundidad de la crisis, se vienen presentando hechos más peligrosos, el cual ameritan mano dura, castigos severos, de lo contrario van a terminar desmantelando bienes públicos, como es el robo de materiales de empresas vitales del estado: CANTV, y CORPOELEC, para venderlos en Colombia, a precios irrisorios por la increíble disparidad cambiaria (peso-bolívar) contribuyendo al ahogo de la economía venezolana.
Existen justificadas razones en personas, que han pasado de la preocupación al pesimismo en medio de la vorágine del país. No hablemos de la voracidad de los banqueros, ni de los comerciantes acostumbrados a la usura, sino de esa mujer, y hombre del pueblo, que el capitalismo con todo el consumismo inyectado a través de los grandes medios audiovisuales los fue embelesando, y ahora despiertan en medio de una frustrante pesadilla, y tienen que salir a conseguir para el diario vivir, y además para mantener la vanidad, convirtiéndose al final en el propio sanguijuela, a quien poco les importa obtener ganancias de su propia familia. Esta clase de individuos los conseguimos de ambos lados, y en muchos casos formando una inescrupulosa simbiosis ¿Cómo detenemos esta nueva manera de saquear al pueblo?
Los grandes males de nuestro país, todos sin excepción forman parte del capitalismo; sistema calificado por el PAPA Juan Pablo II, como salvaje, quien se destacó precisamente por una férrea oposición al socialismo, y en las postrimerías de su vida, empezó a ver hacia otra latitudes al visitar a Cuba socialista, con todos sus defectos, y errores, pero practicante de lo que Ali Primera, llamaba humana humanidad.
La actual oposición venezolana, la misma que saboreó el poder por más de 40 años, nunca ha velado por los intereses de los más necesitados. Todos los ataques, y métodos perversos puestos en práctica para acabar con el gobierno de Maduro, tienen un solo objetivo: recuperar el caudillaje. Los errores del proceso bolivariano, los han aprovechados para fomentar la situación que estamos viviendo, y en medio de la desesperación de los afectados – un porcentaje muy alto de la población– se presentan, como si fuesen los verdaderos mesías; el mejor ejemplo: Rafael Ramírez, su discurso casi hace llorar, solamente le falta repartir los pañuelos.