Yo no sabía ese pedacito pero un pajarito travieso me dijo antes de que viniera el orto, que un grupete de scuálidos habían viajado a Spamña sin pasar por los canales regulares de emigración de Venezuela.
Pese a que en lo personal no tengo arte ni parte en esa cuestión, dispongo advertiros a nosotros, vosotros y a ellos, que el cambur verde mancha.
Unas son de cal y otras no son de tal, cal; a mi modo de ver, dejarse llevar no es bueno, uno tiene que hacerse preguntas a sí mismo de vez en cuando y discurrir acerca de que si el camino es equivocado uno nunca llega al objetivo, por más esfuerzos que haga.
¿Qué está en la mente de alguien que le baila al dios dinero y por hacer eso es capaz inclusive hasta de matar a su propia madre patria, qué?, y además ese tipo de persona es, a lo Mónica lewinski, también capaz de limpiarle el patio delantero al gringo; luego, es preferible que se vaya "demasiado" a "Spamña".
Triunfar en lo material, a cualquier costo, sin revisar escala de valores alguna, es lo que arropa a la peregrina scualidad.
Hay en cierne una nada original puesta en escena de patéticas scualidades que dan pena, y aunque tampoco dan gloria, no obstante, es de seguirles el hilo puesto que se trata de potes de humo que enturbian el ambiente, lamentablemente.
La scualidad es una cepa cultural del colonialismo y no ceja empeño alguno en medrar por cualesquiera intersticios, pero, por fortuna, "Spamña" acoge a esos insurrectos.
¡Con enviarlos a "Spamña"
, basta y sobra!, pero, ¡moooscapil! (mosca con las pilas puestas).
