La verdad es que la confrontación política venezolana, sobre todo la que ha sido asumida por buena parte de la oposición, lleva a que gente inteligente y curtida por años de luchas sociales se transforme, en algunos momentos, en energúmenos casi completamente irracionales, que llegan a afirmar cosas inauditas, que entiendo les deben producir después unos traumas intelectuales fuertes, al lograr de nuevo sintonizarse con la realidad y sentir el impacto de la misma en su cerebro.
No me refiero a seres acostumbrados a la mentira, a la calumnia, al engaño sistemático, a la hipocresía, que han hecho de los mismos las bases estructurales de sus conductas y de sus vidas; seres acostumbrados a actuar en medio de toda una gran podredumbre de amistades, familiares e intereses bastardos. No. No hablo de los Ledesma, ni de los Alfredo Peña, ni de los Ávila Vivas o los Lusinchi o los Ciliberto, ni tampoco de los Miquilena, los Alfaro Ucero o los Carmona Estanga.
Me refiero a gente como Teodoro Petkoff, con un pasado indiscutible de luchador político, enfrentado en condiciones adversas a sus contrarios del momento, pero también enfrentado en contiendas internas con sus compañeros, al no compartir las posiciones u opiniones dominantes de su entorno. Hombre de buen discurso, vehemente, que hoy incluso mantiene una clara posición antigolpista, que llamó al golpe del 12 de abril por su nombre en su momento.
¿Cómo es posible que alguien así haya dicho que la única obra de Chávez era la trocha? ¿Cómo es posible que se haya sumado al coro de infelices que llamaron antisemita al Presidente? ¿Cómo ha podido descalificar y ofender en forma tan vil a sus “hermanos” de ayer? Indudablemente tiene que tratarse de una conducta disociada producida por un ambiente oposicionista enfermo y que enferma a quienes en él se desenvuelven.
Teodoro conoce las obras de Chávez: La represa de Caruachi, el segundo puente sobre el Orinoco, la nueva línea del Metro de Caracas y la prolongación de la de El Valle, el ferrocarril de los Valles del Tuy, la conexión ferroviaria Los Teques-Caracas, la construcción de los metros de Los Teques, Valencia y Maracaibo, el Hospital Cardiológico Infantil y los kilómetros de carreteras y autopistas hechos. Él sabe lo que es un fascista, un nazi, un antisemita… Y sabe perfectamente lo lejos que está Chávez de esas aberrantes posiciones.
¿Por qué entonces se disocia y se comporta indignamente? Porque el ambiente político creado por los extremistas antinacionales de la oposición influye negativamente en la conducta de la gente y todos son susceptibles de enfermarse. Es ése el mayor peligro que hoy afronta Venezuela.