Mi palabra

¿Cuántos se parecen a Guaidó?

"La bajeza del hombre ha llegado

hasta someterse a las bestias y adorarlas"

Pascal

Míster Guaidó, ha convertido su arsenal usurpador en un verdadero palabrerío, y podemos destacar en ese catálogo muy promocionado por las fuerzas más recalcitrantes del país, un mensaje lanzado en días pasados, con cierta ínfula de sentirse engrandecido: ¡Recibí una llamada de Donald Trump, y me ofreció total respaldo! ¿Cuántos han hecho este triste papel? Entre los más destacados se encuentra: María Corina Machado, cuando se presentó al lado George W. Bush, con una sonrisa, olvidando por momento la tarea encomendada, al conseguirse al lado de un ¡Presidente de los Estados Unidos! como cualquiera colegiala, cuando se encuentra de golpe a un artista de la farándula–Nacho– y casi se hace pi pi.

La lista es larga, pero con diferentes poses, de acuerdo a su autoestima, y los papeles desempeñados en la triste historia de los gobiernos punto-fijitas de AD y COPEI. Nombrar a Julio Borges, y Antonio Ledezma, es redundar donde no cabe una palabra más, antes los macabros propósitos de estos arrastrados. Lo que no podemos dejar pasar por alto, es la cantidades veces que se han ofrecido para hacer el papel de GUAIDÓ, siendo rechazados por ineptos, "rayados" y acostumbrados a mentir en la cara de sus propios seguidores, sin importarles un conflicto bélico en tierras venezolanas, porque ellos se encuentran a salvo en sus confortables "escondites"

Sin embargo, para bien del país nos encontramos–por ahora– en una guerra mediática, y cada quien puede sacar sus propias conclusiones de acuerdo a sus medios, y esto lo pude corroborar en una conversación, cuando un señor, con cierta picardía lanzó unas palabras que parecían un grito de guerra: ¡Estoy resteado con Guaidó, aunque parece que se puede chorrear igual que yo, apenas suene el primer tiro! Las risas no faltaron, como tampoco faltaron los rechazos de algunos presentes, conocedores de la historia de nuestro país; la han vivido en carne propia, como dice el refrán: "más sabe el diablo por viejo que por diablo". El que aparentaba más edad, no se hizo esperar; expresando casi atropellando las palabras, porque no aguanta la verdad que conoce, como su vida misma: ¡Guaído, es la continuación de Rómulo Betancourt, hasta nuestros días; aparecen, y todos se parecen para terminar entregados al imperialismo, como niños recién nacidos, y después los lanzan por un precipicio! Estas palabras aplacaron por momento lo que parecía una agría discusión. Al momento se oyó la voz de otro señor, el cual se identificó, como profesor: "Amigos, esa llama por momentos se apaga; pero no podemos esperar que se extinga totalmente porque los incendiarios están enfermos, y de cualquier argumento se agarran para tratar de avivar el fuego nuevamente"



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Narciso Torrealba


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