"No se puede ganar una guerra
como tampoco se puede ganar un terremoto".
Jannette Rankin
La autora del pensamiento, que sirve de epígrafe a este artículo, para tratar de crear conciencia sobre las catástrofes de las guerras, pertenece a la primera mujer elegida a la Cámara de Representantes de Estados Unidos y primer miembro femenino del Congreso. Fue una republicana, y llevó una larga vida como trabajadora social, activista, y pacifista. Falleció en 1973, llevándose en lo más profundo de su conciencia los horrores de los conflictos bélicos; sabía de los movimientos guerreristas creados por los gobiernos estadounidenses en distintas partes del mundo, valiéndose de miles de argumentos para justificar sus invasiones; aun, cuando no vivió el ejemplo más claro del poder imperial, el salvaje atropello en IRAK, el cual empezaron con una cadena de amenazas apoyadas en las mentiras para terminar con la triste historia, que todo el mundo conoce.
Todo esto me hace recordar a Carlos Ortega, cuando todas las tardes a las seis, hacía su reporte de guerra: ¡El paro sigue! Una verdadera estratagema psicológica en medio del criminal paro petrolero, buscando ablandar al Comandante Chávez, y al valiente pueblo venezolano ¡No lo lograron! Ahora los amenazantes son otros: el autoproclamado Juan Guaidó, cuando abiertamente expresa: "No descartamos una intervención militar". John Bolton, quien solamente despide vientos huracanados al hablar; capaz de amenazar hasta su propia progenitora, si llega a mostrar cualquiera inclinación, o prestar su colaboración para mediar en la comercialización del petróleo de Venezuela, como lo acaba de hacer con la India. La dirección la ejerce el desquiciado de Donald Trump, quien sin medir las palabras, y las consecuencias acaba de proferir un verdadero insulto a la paz, para terminar de envalentonar a su títere más inmediato contra Venezuela: Iván Duque: "No descarto enviar 5000 soldados a Colombia", cuando todo el mundo sabe que tienen en ese país, 7 bases militares.
Esto es parte de la realidad del momento; porque la otra viene mostrando un abierto enfrentamiento de las fuerzas de la paz en todo el mundo, empezando en el mismo territorio estadounidense, donde se vienen levantando indetenibles voces contra la guerra, y la injerencia descarada hacia el pacifico pueblo venezolano. Sin embargo, en nuestro país, conseguimos personas sin ningún criterio a la hora de analizar una intervención armada por parte de los Estados Unidos. Entre estos inconscientes se encuentra un contemporáneo de mí persona; por demás irrespetuoso hacia el Presidente Nicolás Maduro, militante adeco, a quien conozco desde hace muchos años–le respeto su posición política, pero no la ignorancia– es tan ignaro en eso de las invasiones, que hablar con él, nos permite conocer la verdadera razón por la cual tantas personas hablan disparates, y terminan sintiendo admiración por los soldados gringos; como un señor, a quien conocí en una venta de equipos de sonido, y se jactaba de decir: ¡Yo soy Rangers! creía que la palabra significaba algo parecido a un personaje superdotado, capaz de arrasar con todo, cuando la verdadera traducción es guardabosques, sin desvalorizar la ocupación.
Todo esto lo hace el imperialismo con su poder mediático, para ganar incautos alrededor de asesinos bien pagos, para después reciclarlos de acuerdo a sus intereses económicos. Los usa, y después desaparecen. Nadie se acuerda del guarimbero Freddy Guevara; ahora es un "angelito" refugiado en la embajada chilena, y un protegido del gobierno estadounidense; pero sirve de ejemplo, porque permite entender la lucha de los pueblos por su verdadera liberación. ¿Cuántos muertos dejo este parlamentario de la asamblea en desacato? La misma que eligió a Juan Guaidó, como presidente, para después autoproclamar, como el todo poderoso, olvidando su pasado muy oscuro al lado de Freddy Guevara; auténticos caimanes del mismo pozo; participaron en las guarimbas sin importarles matar y quemar personas con el visto bueno del gobierno estadounidense. Por más que se disfracen son los mismos peones del imperialismo, y esto amerita ser juzgados por traición a la patria. Estoy seguro, que nuevamente fracasaran, porque las fuerzas de la paz, vienen extinguiendo los horrores de las guerras.