Ante nuestros ojos, día a día, vemos como los posgolpistas dentro y fuera de
nuestra nación se mueven preparando el terreno para montar las estrategias
con las cuales aseguran desestabilizar el orden constitucional, para ello,
mienten, alarman, amenazan, lanzan suposiciones, rumores y hasta tratan de
mostrar imágenes que manipulan las mareas rojas rojitas, con que se está
cerrando la campaña electoral. Desde España aseguran que los acontecimientos
voraces y tormentosos ahora es que vienen, considero que no es momento de
evaluarlos, pues la claridad de lo que ellos están viendo los tiene
perplejos y anonadados, el avasallamiento demostrado por el mismo pueblo los
tiene en jaque mate, ellos ya saben que la victoria bolivariana y
revolucionaria los alejará cada vez mas de esas endemoniadas formar de
pensar y actuar.
El poder de los medios oligopolicos, agazapados y agitados,
los vemos angustiados, veleidosos, pero a la vez tan frágiles y peligrosos
que ellos mismos se consumen en cuestión de sus mismas manipulaciones y
mentiras, tragándose a sus protagonistas que en realidad no vale la pena
mencionar, pues ya son hartamente conocidos y sus tácticas de buscar
discordias, odios, venganzas, no son mas que producto de ese fleco demencial
que los carcome y que les dejó como herencia el señor Carmona desde el
fallido 11A, a la cual nosotros llamamos “FANATISMO Y BRUTALIDAD” En nombre
de la libertad de prensa, que tanto pregonan, deberían de acogerse al código
de ética del periodismo venezolano, que en su exposición de motivos concibe
la obligación y la libertad de la información como un factor de la elevación
espiritual, moral y material del hombre, esos medios no informan con la
verdad y se hace necesario establecer responsabilidades, las cuales recaen
abiertamente sobre los propietarios quienes ahora con frecuencia se han
convertido en miembros politiqueros, olvidándose que su verdadera conducta
es buscar los objetivos que informen, comuniquen, eduquen, antes que en la
prestación de defender sus intereses individuales. Ninguno quiere reconocer
las obras del gobierno, por conducto de esos pasquines nadie sabe nada, no
tienen verdad, no tienen profesionalismo y son tontos útiles para proselitar
a los politiqueros que nos adversa. Con toda y esa táctica, no han podido,
ni podrán moverle el piso al comandante, porque el soberano lo lleva en su
alma.
A esa voz encolerizada, frenética, paranoia, que vemos en la pantalla
de los televisores y que quieren mostrar al tirano Chávez, públicamente les
respondemos: Amigos ahora es que tendremos tirano, porque es el único que
durante todo este tiempo se ha preocupado por los pobres y los ha puesto a
mandar por encima de todos ustedes.