Rosales rojito

Estoy convencido. Le estuve dando vueltas al asunto desde que Rosales el Soso apareció en esa sopa fría y turbia de eso que se hace llamar oposición, lo estuve sopesando tras cada una de sus penosas alocuciones con chuleta y contorno de metidas de pata. Teodoro le dice prácticamente en la cara que no le ve vida. Sus asesores de imagen tiembla cada vez que abre ese orificio que luce debajo de esa víctima de la cirugía que quedó de su nariz. Las encuestas lo hunden en el sótano donde van a parar los perdedores, el mundo de las finanzas se reacomoda para Chávez II, la avalancha es tragada por un océano rojo...¿y sigue?

No, hermano, no se puede ser tan bobo, aunque nunca hay fondo en ese pozo. ¿Qué queda entonces? Bueno, el acto burocrático de las elecciones requiere de por lo menos dos contendores, y ya teníamos el nuestro, mientras que en el otro lado no aparecía ningún gallo, ni siquiera un pollito. Pero esperen, aquí mismito en el Zulia tenemos al bolsa que se quedó a calentarle las pantuflas a Alfaro y que representa la carcoma de lo que queda de AD. Chatarra en venta, pues.

Imagínense la escena. La oferta. Te lanzas como candidato, con tu gobernación segura para seguir cobrando hasta el implacable revocatorio que te espera, puedes decirle a Chávez cuanta ofensa se te ocurra en tu (corta) imaginación, prometes cielos y tierras, total no tienes que cumplir, le das chance a los disociados para que drenen la sobredosis de veneno mediático y nos ayudas a identificarlos cuando salgan de sus madrigueras para seguirte, alucinados por el odio que es su ùnico motor. Y aquí tienes el chequecito para que te lo gastes en Miami con la familia. Eso sí, me llegas a Diciembre, hasta las elecciones, y deja que los fachos armen su guarimbeo para ver quién es quién y hasta donde llegan, y quién les picha los dólares. El efecto PDVSA, que permitió depurar nuestra petrogerencia.

Es que me parece una jugada maestra, camaradas. Rosales está jugando pa` nosotros. Y si no lo creen, óiganlo hablar. Ese hombre es rojo rojito. Por real, pero es rojito.


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Franco Munini


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