“El secreto del éxito se encuentra
en la sinceridad y la honestidad.
Si eres capaz de simular eso, lo tienes hecho”
Groucho Marx
Humorista y escritor estadounidense
Sigue con el mismo latiguillo: ¡Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres ya! En la calle, todo se le ha enfriando, menos los parapetos montados para legalizar los robos y la corrupción, a pesar de estar dirigiendo un gobierno fantasma, pero Trump y su pandilla aprovechan cualquier movimiento en falso para intentar acabar con un gobierno legítimo, y constitucional. No ha podido esconder la falta de sinceridad y honestidad, a pesar del inmenso poder mediático, para tratar de presentarlo, como el modelo frente al valiente Nicolás Maduro.
Muchos se preguntan: ¿Por qué no se encuentra preso? Si no fue enjaulado, cuando hizo su aparición, como autoproclamado el pasado 23 de enero; ahora, como dice un jodedor: “¿ya pa´ qué?”. El tiempo se va convertir en el verdadero carcelario del que quiso ser, y no pudo romper la interminable cadena de dignidad, en el cual se encuentra hermanado, y atado el pueblo venezolano.
De autoproclamado, pasó rápidamente a interino –un verdadero camaleón, o híbrido– así, los necesita el gobierno de los Estados Unidos; entre más tarados, menos problemas para el titiritero mayor. Lo importante es la novedad en la presentación, porque en verdad los fósiles andantes–Ramos Allup, Claudio Fermín– solamente sirven para esconder las malas intenciones del alocado representante del imperialismo en estos momentos. Las nuevas piezas –María Corina, y su rival verbal Capriles Radonsky – hicieron su aparición, y se quemaron, como los judas en semana santa, cuando prendieron las guarimbas, para dejar muerte y destrucción.
De ahora en adelante, le toca al estrafalario parlamentario, con su pasantía en el mundo de los glúteos al aire; el mismo en quién cifraron sus esperanzas, los mismos fracasados de siempre; recibir no las pomposas invitaciones con los gastos “cubridos”, el adefesio gramatical de la barragana mayor: Blanca Ibáñez; sentir a sus pies la inevitable escoba para invitarlo a darse un paseíto por el basurero de la historia, para finalizar en el deposito del olvido, donde yacen los traidores, como almas en pena, sin poder mirar atrás, porque bien lo dice una canción: “el camino es largo y culebrero” ¡Chao! Míster interino, porque estoy seguro, que no va para el baile. El verdadero enemigo es el imperialismo, y seguro más temprano que tarde–cada momento se enredan más– sacan de la nada a otro rufián, anunciando la salvación–el mesías del momento– por un puñado de dólares, aprovechando la grave crisis económica del país.
