¿Y cómo los van a recibir en el barrio? ¿Con bombos y platillos? ¡Yo te aviso chirulí! En el barrio no son bobos. En el barrio conocen a ese decrépito anciano que debería estar en un sitio de reclusión y no jodiendo con sus arrogancias seniles, llamado Teodoro Petkoff. Nadie cree en Teodoro en ninguna parte. Solo los sin memorias, los anti patriotas, los piratas de la política, serían capaz de sentarse a escuchar sus mediocridades verbales, desfasadas, fuera de lugar, sin nada que ofrecer. Seamos realistas y no estúpidos. Teodoro es un carcamal anciano, desdentado y traidor que nada tiene que buscar más allá de una planilla para su ingreso a un gerontológico, donde, ¡puede ser! que ni los nobles ancianos allí recluidos, lo acepten.
Es un traidor, un vejete de mala fama, un oscurantista que mucha culpa tiene en diversas muertes, por allá por los años sesenta cuando se la daba de COMUNISTA, pero resultó un ratón de ferretería, escuálido y roedor de cualquier vaina. Aprovechamos para recordarle a la justicia que él y Oscar Yánez fueron actores de unas misteriosas muertes aún no aclaradas muy bien a la opinión pública y que hay que hurgar en los archivos a ver que de cierto hay en la masacre del Encantado y en el “accidente” de Agustina Martín. Ningún crimen puede quedar impune. La Revolución debe profundizar en la justicia y eso lo reiteraremos miles de veces aunque a muchos no les guste. Sobre todo a los implicados. Volviendo a Petkoff debemos alertar a la nueva generación. Petkof en un barrio es como si HERODES el criminal de niños de la antigüedad, lo nombraran para que les dictara charlas a los niños.
Teodoro el traidor, causó muchos males a la juventud de los años sesenta. Por eso estemos alerta: al enemigo de la clase popular debemos enviarlo al ostracismo, bien lejos, muy lejos a donde sus mentiras, su afán de pantalleo medieval, no perturbe la mente de la juventud a la cual un día sapeó, vendió, entregó, para montar sus negocios de papelería, entre los cuales está ese mamotreto llamado Tal Cual. Teodoro celebró con la oligarquía criolla la caída de Chávez aquel 11 de abril de 2002, colocando en el pasquín ese el titulo: CHAO HUGO. Por eso el pueblo, 7,356, millones que reeligió a Chávez debe darle una lección a este sigüí de los mil demonios. Que se vaya a la calle el Samán del Country a dar charlas. Las chicharras de ese lugar harán un silencio sepulcral para escucharlo y luego le orinarán el alma decrépita. Por otra parte PRIMERO JUSTICIA es un núcleo de fascistas, ¿qué carajo hace un fascista en un barrio? Que suba el “cerro” de Manzanares, de Curumo, de Altos de Santa Mónica, un barrio no es un lugar para PRIMERO JUSTICIA, sobre todo cuando todos saben que en el GOLPE DE ESTADO de 2002 Carmona colocó a dos ministros de esta agrupación musolinista en su esporádico gobierno. El fascismo no convive con los pobres. Los mutila cerebralmente.
Todo lo que pueda decir un “jefe” de Primero Justicia a un habitante de un barrio, es mentira. El fin de esta agrupación es ir por lo que consideran suyo, después de la debacle de COPEI su antecesor. De nuevo le pedimos a la gente que no acepta a Chávez, que no le simpatiza el pueblo, que intenta seguir creyendo en pajaritos preñados, que para tener una regular oposición contra Chávez, deben darle el “cefiní” a estos grupos inválidos. La democracia revolucionaria necesita una oposición, pero no son Teodoro, ni Borges, ni Allup, ni Rosales, ni Timoteo, ni Álvarez Paz, los encargados de llevarla a cabo contra Chávez. La gente que no simpatiza con la mayoría revolucionaria, está obligada a revisar su agenda de políticos, a ver si logra encontrar allí un líder, un hombre con otras ideas, con otro concepto que no esté adosado a COPEI, AD, Primero Justicia, Nuevo Tiempo, Mas y otros. Estos grupúsculos pertenecen a un pasado que NO VOLVERÁ.
aenpelota@hotmail.com