Por aquella, primero muy escuchada en Venezuela por la radio y luego vista en los tiempos de la tele, novela de Félix B. Caignet, conocida como "El derecho de nacer", estelarizada en el primer caso por Luis Salazar y en el segundo por Raúl Amundaray, se puso muy de moda la frase "ya Don Rafael habló".
En verdad, Don Rafael del Junco, perdió el habla, al enterarse que el Dr. Alberto Limonta, el notable médico que le atendía en su grave enfermedad, era su nieto, el hijo de María Elena, aquella criatura recién nacida que, para mantener el honor de la familia, echó de su casa, entregándosela a su casi esclava, la negra María Dolores.
Quienes escuchaban y luego veían la novela, sabían toda la trama, como el contenido de los parlamentos de Don Rafael, pero los personajes de la novela, el entorno familiar del enfermo, de nada se enteraban. Pues mientras aquél hacía esfuerzos por hablar y hasta hablaba tan alto que los pegados al radio y la tele le escuchaban, sus familiares, como el propio Dr. Limonta, nada escuchaban.
"Ya Don Rafael habló", dice uno porque escucha, pese en este caso la diplomacia gringa nada diga, cuando observa el cuadro político. Anoche, escuchando a José Luis Monederos, a quien siempre percibo como un acertado analista, pues no es de esos que vienen aquí a hacer discursos convencionales y como destinados a apoyar acríticamente, poco a ayudar, salvo no sea a ideologizar a quienes les tienen como referencia, lo que implica es decir que todo "esta chévere cambur", me enteré que, a su juicio, salvo algunos detalles, el informe de los veedores electorales de la UE, es un reconocimiento al CNE y la eficiencia del sistema electoral venezolano. Es decir, ese informe según él, salvo algunos detalles, que en otros países se muestran más abundantes y tronantes, constituye un espaldarazo al proceso electoral, la democracia y hasta al gobierno venezolano en lo que corresponde a ese asunto. Para ser más específico, el informe de la UE dio su visto bueno a las recientes elecciones venezolanas y eso determina que, en ese universo, no hay motivos para dudar de la validez y transparencia de las que vengan a futuro.
Y por eso uno puede repetir. "ya Don Rafael hablo".
Pero el discurso del padre de la monja María Elena del Junco, madre del Dr. Limonta, lo que ella no sabía, dice muchas más cosas.
Leopoldo López desde su refugio de Salamanca, en los alrededores de Madrid, ha hecho un anuncio inaudito y hasta ridículo. Según lo por éste dicho, Guaidó deja de ser presidente interino y él, como si tuviese el poder constituyente en sus manos, lo asume hasta nuevo aviso. Uno no sabe si reírse de eso o coger una "calentera" enorme al comprobar, una vez más, como la oposición venezolana y buena parte de la ciudadanía se dejó manejar por largo tiempo por ese atajo de idiotas.
Pero la historia no ha terminado, viene como en pendiente, caída libre. Julio Borges, quien sueña es "Canciller interino de un gobierno interino", acaba de anunciar su renuncia a seguir jugando ese rol tan real como la magia y la realidad que ellos han venido encarnando, salvo el goce de los bienes de Citgo y Monómeros. Pero Borges llegó a más, se distanció de López, tanto que lo desconoció. Pues no sólo renuncia a seguir siendo Canciller, como seguir durmiendo entre hadas y gnomos, sino que pide o se pronuncia por la disolución del "interinato". Es decir, no acepta a López "como nuevo presidente interino".
Y esos hechos, o mejor, discursos, no han salido de la cabeza de López ni de Borges, como no han sido autores, sino ejecutores de todo cuanto aquí hicieron en estos últimos 20 años. No. Y eso lo sabe buena cantidad de gente. Son apenas los megáfonos que están reproduciendo el discurso de Don Rafael, de quien ahora el público, al contrario de la novela "El derecho de nacer", no escucha a quien en verdad pronuncia el discurso, no percibe toda la tramoya que hay detrás sino a ellos. Eso sí, no es necesario ponerse lentes ni acercarse mucho para verles en actitud de escuchar primero lo que les dicen para repetirlo por el aparato que portan y tienen al frente de la cara toda.
Dicen, quienes presumen o, en verdad, saben mucho de los vericuetos de la política y sistema legal gringo que las disposiciones relacionadas con el bloqueo, por lo menos muchas de ellas, tardarían en levantarse, pero que viene un cambio, de eso no hay duda. "Ya don Rafael habló".
El informe de la UE y los discursos de López y Borges, aparte de otras cosas están reproduciendo lo que Don Rafael habla. Lo de López y su auto nombramiento de interino, hasta más ridículo que lo de Guiado, porque ni siquiera tiene como éste tuvo, AN; no es más que el estertor de alguien que se pudre antes de morir o "las pancadas de alguien que se ahoga". Pues Don Rafael ya los sentenció a muerte o, por lo menos, les impuso una nueva manera de vivir.
Don Rafael viene con un nuevo juego. A estos, a quienes les ordenó cambiasen y al propio Guiado a quien comienza a abandonar a su suerte, seguirá manejando porque les son dóciles y les conoce bien sus querencias y tarifas. Vendrá por los otros, los que antes se alejaron y los que nunca se le han acercado y menos oído, con una nueva táctica, forma de lucha, pero eso sí, con la misma estrategia.
Pero Don Rafael no pelea sólo, enfrente tiene unas fuerzas enormes y también dispersas de quienes muchos hablan y hasta hacen clasificaciones sin atenerse a orden, realidad sino a sus gustos, preferencias, amores, contubernios y hasta odios. Eso lo sabe Don Rafael. De allí intentará pegarse, como lo estuvo haciendo en todos estos años. Y procurará que hermanos, primos hermanos, apenas primos lejanos y hasta amigos, se vean como enemigos; que diferencias inmediatas, no fundamentales, ni de interés inmediato, cosas personales y del simple gusto asuman el rol de trascendentes e insalvables. Esparcirá las semillas del odio, especulará en lo que haya en uno de motivo para la discordia y el resentimiento de modo que nos veamos como enemigos estratégicos.
Don Rafael viene, hasta con la intención de amansar a quienes antes, frente a él, han estado ariscos y como amotinados, con un nuevo discurso y mañas para que entren a su redil.
Intentará Don Rafael, en su nuevo proceder, de acuerdo a como viene su discurso de ahora en adelante, que los sectarios lo sean en mayor medida y de estos. quienes intentan hacer que la realidad se haga soportable y vivible para todos, crean que es una tarea sólo para ellos; que son los ungidos, enviados de Dios y los demás estorban. Que hay una sola y única manera de ver las cosas y quien no las mire como yo, que pretendo imponer que se mueva un poco hacia allá o hacia acá, son enemigos y desleales.
Las primeras pruebas están sobre la mesa. De ellas voy a mencionar dos, lo relativo al salario, más ahora que finaliza el año y las elecciones de Barinas. Si aquí en este Estado llanero, al margen de lo que haya pasado y se está en la obligación de corregir, pues la razones sobran, la ultraderecha, la agente de Don Rafael, se alinea, hay que ordenar las fuerzas que, estratégicamente, saben que en él está el diablo, el enemigo. Así como el enemigo de todos cambia, organiza sus fuerzas, las ordena para asegurar sus espacios, su infierno, el movimiento popular debe organizar todas las suyas. Pero para esto hay que abrirse y dejar que las ideas, la verdad corran y sean ellas la que determinen el juego y no una lealtad mal entendida. El espacio está abierto para todos. ¡Cada quien en lo suyo!
Y la mejor manera es dejar que la ultra derecha se mate con sus propias espuelas, que imponga una candidatura que sea de su propia estirpe, mientras más mejor, no impedírselo, pues es la señalada manera de unir a las fuerzas patriotas.